La detención del capitán jefe del puesto de la Guardia Civil de Coín dio ayer una nueva dimensión al operativo que explotó el pasado mes de abril, cuando el instituto armado detuvo en un primer zarpazo a nueve personas entre las que había tres agentes destinados en Alhaurín de la Torre por los presuntos delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal, robo con fuerza, cohecho y revelación de secretos, entre otros. Siete de los arrestados, los tres guardias y cuatro vecinos de ese mismo municipio, ingresaron entonces directamente en prisión por orden del juez de Coín que se ha hecho cargo de la instrucción del caso, aunque la propia Guardia Civil informó de que las detenciones de la operación Fariseo prácticamente alcanzan ya la veintena y añadió la falsedad documental a la lista de una investigación que se centra en el tráfico de hachís, marihuana y cocaína, así como la comisión de robos con fuerzas en las cosas y con violencia.

Ahora, los investigadores han puesto la lupa sobre el capitán F. G., nacido en 1968 en Alicante y responsable del puesto de Coín desde febrero de 2014, cuando se incorporó procedente de Ávila. Así lo cuenta él mismo en una entrevista que concedió en noviembre de 2014 a Canal Coín Televisión en la que asegura que ingresó en el cuerpo en 1968 a través del servicio militar, que es licenciado en Derecho por la UNED, miembro del Colegio de Abogados de Ceuta (estuvo destinado allí) y que posee un Certificado de Aptitud Pedagógica de la Universidad de Granada.

Antes de Coín ya estuvo destinado como teniente en Alhaurín el Grande procedente de San Sebastián. Sin embargo, el ascenso por antigüedad a capitán en el municipio del Valle del Guadalhorce le obligó a trasladarse a Ávila cerca de dos años antes de volver a la provincia de Málaga para estar más cerca de sus hijos, en este caso como jefe de la Compañía de la Guardia Civil de Coín, una de las más grandes de la provincia por estar a cargo de una docena de municipios. «Es muy distinto el trabajo de Ávila al de aquí, pero bueno, yo, como había estado de teniente en Alhaurín, sabía a lo que venía. Sabía que venía a un sitio de trabajo y ahí estamos», responde el funcionario en su despacho. Durante la entrevista, en la que habla de su pasión por la labor policial y su vocación de servicio público, el capitán destaca la influencia que un mando policial debe tener sobre los agentes que están bajo su mando. «Las unidades son lo que son sus jefes», asegura poco antes de apuntar que el capitán «es el que pone el acento».

La juez del juzgado número 3 de Coín ordenó ayer en un auto su ingreso en prisión.