Más ambulatorio que hospital. Algo que seguirá siendo así hasta principios del próximo año. Si se compara con la espinosa travesía recorrida hasta llegar a este punto, esperar unos cuantos meses más parece ya lo de menos. Pero la perspectiva global sobre una infraestructura sanitaria, que fue anunciada en mayo de 2005 por primera vez y se preveía que iniciara su andadura a comienzos de 2008, no puede tapar que el Chare del Guadalhorce, inaugurado oficialmente el pasado 28 de junio, es ahora mismo un centro que está funcionado de manera restringida hasta principios de 2017. Fue la fecha aproximada que barajó ayer la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que se desplazó hasta Cártama para certificar la apertura de unas instalaciones que darán cobertura a más de 105.000 personas y que están proyectadas para absorber a un total de 13 municipios.

«En octubre está previsto que comience a funcionar el área de Urgencias y a principios de 2017 contamos con que funcionen las áreas de cirugía y hospitalización», explicó la mandataria socialista. De esta manera, con la puesta en marcha de las áreas quirúrgicas como última piedra de toque, el Chare de Guadalhorce podría estar a pleno rendimiento en algo más de medio año.

A pesar de que el centro lleve citando ya a pacientes desde hace unas tres semanas, el acto de inauguración, con descubrimiento de placa conmemorativa incluido, se había pospuesto hasta ayer por las últimas elecciones generales y la prohibición que impide acometer este tipo de estrenos institucionales a las puertas de unos comicios. Aunque en teoría las competencias para la construcción del chare estaban exclusivamente en manos de la Junta de Andalucía, y a pesar de innúmeros cruces de acusaciones entre las distintas instituciones a lo largo de estos últimos once años, finalmente, sobre todo en los últimos doce meses, la colaboración entre Gobierno regional y Diputación de Málaga ha servido para que el Chare del Guadalhorce sea ya una realidad.

Fue un desfile numeroso de coches oficiales, consecuentemente, el que se produjo sobre el camino de acceso que hasta poco había sido principal motivo de una polémica, casi más antigua que la religión, la de saber qué institución se haría cargo de los gastos de asfaltar el recorrido. Demostraron los escasos 800 metros ayer estar en perfectas condiciones para cumplir con su misión como vía de acceso que conecta con la autovía y, así, además de la presidenta de la Junta, acudieron, entre otros, el consejero de Salud, Aquilino Alonso, el secretario general del PSOE en Málaga, Miguel Ángel Heredia, el delegado de Gobierno de la Junta en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, y el presidente de la Diputación, Elías Bendodo.

Era tan sólo una cuestión de tiempo hasta que volviera de nuevo el calor en su forma más cruel, con elevadas temperaturas a la sombra y sin rastro de una brisa conciliadora en mitad de la nada, porque lo único que hay a muchos kilómetros vista del Chare del Guadalhorce es una calurosa gasolinera y muchas fanegas de campo vacío. A pesar del solazo, sin descomponer el gesto, los líderes provinciales y autonómicos presentes aguantaron el tipo para esperar a Díaz, la última en llegar. Especialmente el trato que se ofrecieron ella y Bendodo mutuamente, con repetidas menciones a la lealtad institucional, hizo ver que el periodo oficial de captación del voto ha quedado definitivamente atrás. Después de recorrer las instalaciones de un hospital diáfano, en el que no parecen haberse puesto todavía muchas vías, Díaz y Bendodo comparecieron acompañados del alcalde de Cártama, Jorge Gallardo, y del gerente de los hospitales malagueños, Emiliano Nuevo.

La presidenta de la Junta sacó pecho del sistema público andaluz, al que se refirió como la «joya de corona», y puso el Chare del Guadalhorce como ejemplo de un «centro pionero» que nada tiene que envidiarle a otros hospitales de alta resolución. Díaz, que cifró la inversión total en 30,4 millones de euros (8 millones provienen de la Diputación), aprovechó para agradecerle a Bendodo su colaboración y le dio las gracias por su «colaboración leal». Sin entrar a valorar las estrecheces de personal sanitario que se producen durante la época estival, Díaz reivindicó que el sistema público de salud andaluz se encuentra en la «vanguardia a nivel mundial».

Por su parte, el líder popular suavizó su discurso crítico con la gestión sanitaria en la provincia, e instó a las instituciones a seguir trabajando codo a codo, ya que «los ciudadanos no entienden de tacticismos políticos». Aunque sí le pidió a Díaz «igualar a Málaga con el resto de provincias», en cuanto a nivel de camas, Bendodo mostró su alegría por un centro «largamente deseado».