Hace nueve meses un grupo de jóvenes de Campillos se unieron para dar difusión en las redes sociales de casos de animales abandonados o perdidos. Ahora, de todos los que empezaron, quedan tres chicas: Elizabeth Guzmán, Elisa Palacios y Maite Ponce. Ellas, que se definen como «amantes de los animales», están iniciando el camino para crear la protectora SOS Peludos Comarca de Guadalteba.

Ante ellas se abren dos frentes: el primero, y más importante, realizar todas las gestiones administrativas para constituirse como sociedad, y el segundo, conseguir un local más grande que el que tienen ahora, para dar cabida a más perros. Lo segundo depende de lo primero, pues la tesorera de la protectora, Maite Ponce, confía en acceder a alguna ayuda municipal, una vez que dispongan de Código de Identificación Fiscal.

En la actualidad, debido a sus limitaciones de espacio, atienden a siete perros ya que, como explica Ponce, prefieren atender a pocos y hacerlo correctamente que masificar las instalaciones que tienen.

Su trabajo se divide en acogida y adopción. A pesar de su corta experiencia, las tres se alegran de haber encontrado hogar para 30 canes. Todos ellos están repartidos en su mayoría por la provincia de Málaga, aunque también han llegado hasta Granada, Ceuta, Madrid e incluso Suecia.

De todos esos perros que han pasado por sus manos, las tres chicas hablan con mucho cariño de un cruce de mastín y pastor belga. Raspu fue su primer caso: «Es una monería pero todavía no le hemos encontrado hogar, no lo entendemos», afirma Elizabeth Guzmán.

Todo lo contrario ocurrió con Peffly, ahora Pirata. Cristina Valencia, su dueña, contó que la primera vez que lo vio sintió que era el perro indicado para ella y su pareja. A pesar de lo que pensaban las tres chicas, que Pirata hubiera perdido un ojo le unió más a sus dueños, pues como narró Valencia «mi novio se sintió identificado con él, pues ha sufrido de esa forma».

El principal problema al que se enfrenta SOS Peludos Comarca de Guadalteba es el económico. Aunque reconocen que «nunca se han visto en números rojos». Sus fondos provienen en su mayoría de las donaciones que reciben, ya sean económicas o en especie. Además también organizan sorteos y participan de las diferentes iniciativas que otros pueblos y protectoras llevan a cabo.

Con sus recursos, tienen que hacer frente a los gastos que el mantenimiento de los perros implica (alimentación, vacunas, chip y castración). Aunque, como explica Palacios, luego han de ser sufragados por el adoptante.

Recientemente, con el objetivo de darse a conocer y recaudar fondos, participaron en el Mercadillo Navideño de Campillos y gestionaron la barra de la Semana Joven. En septiembre, también a través del Ayuntamiento, se encargarán de la barra del Guarrock, una cita musical a la que el año pasado acudieron casi medio millar de personas.

El concejal de Juventud, Miguel Ángel Herrera, aseguró que «si no fuese por asociaciones como éstas no sé cómo estarían los animales del pueblo». Sin embargo, lamenta que la ayuda institucional sea limitada. «Es inviable» cederles un espacio municipal, pues «no lo hay».

Ante la ausencia de una nave, la anterior protectora, APA La Sonrisa Peluda, tuvo que cerrar en Campillos. Su responsable, Javier Balebona, explica que han tenido que trasladarse provisionalmente al municipio de Cártama al no encontrar un sitio donde trasladarse. Sin embargo, Balebona anima a SOS Peludos Comarca de Guadalteba en su proyecto, pues según él es bueno que las nuevas generaciones se impliquen y que se mentalicen en el cuidado de los animales.

Raspu, cruce de mastín y pastor belga

Con un año y medio de edad, Raspu es el perro que más tiempo lleva en la protectora SOS Peludos Comarca de Guadalteba. Se da en adopción con chip, pasaporte, todas las vacunas obligatorias, desparasitado y castrado. Más información en sospeludoscomarcadegualteba@gmail.com.

@maricarmensango