­España es el tercer país del mundo -sólo superado por Tailandia y Puerto Rico- y el primero de toda la Unión Europea en el consumo de prostitución, con 32 millones de dólares al año de facturación. Pero es que la trata de blancas es ya la segunda actividad ilícita con mayor movimiento económico en el mundo, sólo superada por la venta de armas y situada por delante del narcotráfico. Así lo ha denunciado en Alhaurín de la Torre la actriz, productora de cine, activista y defensora de los Derechos Humanos y de la mujer, Mabel Lozano.

En un encuentro con el alumnado de tres institutos de Secundaria de la localidad malagueña, Lozano dio a conocer su nuevo documental, Chicas nuevas 24 horas, un alegato contra la explotación sexual de mujeres y niñas en España, procedentes de América Latina.

Esta actividad fue organizada por el Área de la Mujer de la Concejalía de Igualdad, la Concejalía de Educación, y la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía. Al acto asistieron la coordinadora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) del Gobierno autónomo en Málaga, Rosa del Mar Rodríguez, y las ediles Isabel Durán y Teresa Álvarez, además de representantes de las asociaciones de mujeres de la localidad, y cerca de 180 alumnos y alumnas de cuarto curso de ESO de los centros Capellanía, Galileo y Huerta Alta, acompañados por sus profesores.

El alumnado quedó impresionado por el contenido de la proyección, de 55 minutos de duración, que revela a modo de denuncia todos los entresijos existentes en el negocio que genera la compra-venta de mujeres y menores de edad en países como Paraguay, Perú o Colombia, entre otros, y cuyo destino como mercancía sexual es España, a través de mafias perfectamente organizadas.

Los jóvenes, una vez proyectado este trabajo de investigación, participaron en un animado coloquio con la directora. Lozano insistió en que la sensibilización es fundamental desde jóvenes: «La prostitución no es jamás una actividad voluntaria ni divertida, sino que encierra una grave violación de los derechos humanos y un aprovechamiento torticero de la situación de extrema pobreza y vulnerabilidad».