­Al entrar a la conocida fábrica de La Perla se siente de lleno el olor al mantecado más típico y tradicional de la Navidad en Antequera. La atención al cliente es propia de un lugar con tanta solera como el de la ciudad de los Dólmenes. Amabilidad y sonrisas son la carta de presentación de este negocio. 75 años cumple esta empresa elaborando dulces para la época de final de año, los cuales hacen viajar a los clientes en el tiempo para disfrutar del sabor de lo antiguo. ¿El secreto? No cambiar nada en todo este tiempo. Ser fieles a la filosofía de trabajar manualmente la materia prima y sin ningún tipo de maquinaria.

«Desde que empezamos a hacer mantecados no se ha variado el método. Se hacen a mano, se cuecen en horno de leña y se envuelven y envasan manualmente. No hemos cambiado la fórmula, ni nos hemos industrializado, manteniendo así la esencia del mantecado puro de antaño», explica el gerente de La Perla, José Antonio Navarro, que representa a la tercera generación de una familia dedicada al sector, ya que le precedieron su padre y su abuelo. «En nuestra página web tenemos fotos que muestran el pasado y el presente de la fábrica y se ve todo igual, solo varía la forma de vestir y los peinados de los trabajadores», añade.

La forma de trabajar de esta entidad antequerana hace que, según su máximo responsable, el mantecado sepa mucho mejor. «Se nota mucho la diferencia entre hacerlo a máquina y a mano, es abismal», sostiene, haciendo una comparación con el mejor sabor que ofrece la carne cuando se elabora con el fuego natural.

Para José Antonio Navarro, lo más importante no es la calidad de sus productos sino sus clientes. «Nosotros podemos estar agobiados envasando y trabajando con los mantecados pero cuando recibimos la felicitación de nuestros consumidores se nos olvida todo lo malo», resalta el empresario con una sonrisa del que sabe que se están haciendo las cosas bien.

Incluso la Casa Real recibió mantecados de La Perla hace muchos años, tradición que se dejó de llevar a cabo pero que ha dejado un recuerdo imborrable en la memoria de Navarro. «Tengo enmarcada en casa la felicitación que me enviaron desde la Casa Real», afirma, a la vez que no cierra las puertas a la posibilidad de hacer algún envío en el futuro si se diera la oportunidad.

En la campaña de 2016, La Perla va a sacar al mercado una producción similar a la del año pasado, de aproximadamente 45.000 kilogramos. Sin embargo, la cifra podría variar según los pedidos que haya durante el mes de diciembre. Los dulces navideños de esta entidad viajarán, además de a todos los puntos de la geografía española, hasta Italia o Francia, no llevándose a cabo más envíos por cuestiones económicas. Asimismo, hasta 40 personas han trabajado y aún lo siguen haciendo en este ejercicio 2016.

Entre sus especialidades, destaca el mantecado doble de canela, que se convierte en el rey de cada Navidad en las casas de Antequera. Fieles a su estilo, no incorporan novedades para este final de 2016, en el que seguirán transmitiendo la esencia de lo tradicional a cada uno de los hogares que deseen paladear el sabor de los dulces de La Perla. Tradición que ha ido pasando de generación en generación y que refleja el amor de una familia a un producto tan entrañable.

@ccasadob