El temporal y la ola de frío que han azotado Europa durante el pasado mes de enero han ralentizado la producción de hortalizas y propiciado cierta carestía de estos productos en algunos mercados del continente, lo que ha motivado durante las últimas semanas un carrusel de precios. Según explica el colectivo empresarial agrícola Asaja Málaga, Italia, Turquía, Grecia y también España han visto reducidas en este tiempo sus cosechas de lechugas, calabacines, berenjenas, judías verdes o alcachofas, lo que provocó que a lo largo del pasado mes el valor de los productos en origen que se abona a los agricultores (y luego repercutido en parte o al completo por las grandes distribuidoras y cadenas en el precio de destino que paga el consumidor) se disparara de media entre un 50% y un 70% respecto a lo habitual, con productos concretos como el calabacín que llegaron a costar el triple (de uno a tres euros el kilo). No obstante, desde la última semana del pasado mes la tendencia parece haber remitido e incluso se han detectado sensibles descensos de hasta el 60%, con la berenjena y de nuevo el calabacín como los más afectados.

«El problema es que países como Italia o Turquía han visto muy afectada su cosecha. España también, pero menos, y eso ha hecho que la presión de la demanda sobre nuestros productos, tanto para el mercado exterior como para el nacional, haya aumentado», comentó ayer el secretario general de Asaja Málaga, Benjamín Faulí. Un caso sintomático ha sido el de Gran Bretaña, donde ha habido comercios que han racionado la venta de hortalizas ante la escasa producción que les ha llegado en este tiempo de sus países abastecedores, entre ellos España.

El frío no ha detenido la producción, pero sí es cierto que ha reducido el ritmo de crecimiento y de tamaño de las hortalizas, lo que al final está dejando en torno a un 20% menos de producto sobre lo habitual. Todo eso ha influido en el mercado», señaló.

En el caso de Andalucía, el vaivén de precios se ha dejado notar sobre todo en Almería, una de las grandes despensas europeas de hortalizas, aunque los productores de la Axarquía y de algunas zonas del Valle del Guadalhorce también pueden dar fe de esta dinámica. «Hay agricultores que nos comentan que durante estas pasadas semanas les han pedido todo lo que tenían, incluso producción a la que les faltaba algo de tiempo para alcanzar el tamaño óptimo», dijo Faulí. El sector dice que esta situación tan inestable no es buena y alertan de que, tras unas primeras semanas de año de precios disparados, las hortalizas muestran desde la pasada semana una merma de valor igualmente llamativa. «Lo deseable y lo que esperamos es una estabilidad. Los excesos nunca son buenos», añadió.

Algunos apuntan a que la causa de esa caída podría obedecer a un interés de las grandes distribuidoras en desincentivar de momento el consumo de estos productos. Asaja Almería, por ejemplo, se ha dirigido a la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA), adscrita al Ministerio de Agricultura, para solicitarle que investigue la posible causa de este descenso, señalando que «no sería de extrañar que de aquí a un mes estos productos los viéramos como un reclamo de otra oferta como suele suceder cada campaña».

Así las cosas, numerosos agricultores de la Axarquía lamentaron ayer el desplome de precios que se ha producido durante los últimos siete días, justo a raíz de que el Gobierno mostrara precisamente su predisposición a regular el aumento que en enero experimentaron productos como el calabacín. «No entendemos que se hable de regular nuestro sector, uno de los más machacados durante la mayor parte del año, y no ocurra lo mismo con la luz o los carburantes», relataba un agricultor del núcleo torroxeño de El Morche. El calabacín, que llegó a tener un precio en origen de más de tres euros por kilo, ha iniciado la semana a poco más de un euro. El sector reclama que también «se regule el coste por abajo», porque en determinadas épocas del año no cubre los gastos de producción.

En Málaga, los cultivos hortícolas reúnen unas 7.700 hectáreas de superficie que arrojaron en 2016 una producción de más de 206.000 toneladas, con una facturación de casi 163 millones de euros. Las hortalizas representan un 20% de la producción agraria malagueña.