La sequía que se viene registrando durante los últimos tres años en la provincia de Málaga, unida a las altas temperaturas del inicio del presente verano, ha provocado que los agricultores vitivinícolas de la comarca de Antequera afronten una campaña desesperanzadora y en la que no se alcanzarán las buenas cifras de años anteriores. Tan solo la llegada de alguna tormenta estival en los próximos días podría mejorar en cierta forma la situación, aunque de manera muy leve.

La cooperativa Virgen de la Oliva, situada en la localidad de Mollina, concentra prácticamente la totalidad de la producción de los vinos aptos para la denominación de origen Málaga en la comarca de Antequera y el 80 por ciento del total de la provincia. Así, para la presente temporada, la entidad no alcanzará los 2 millones de kilogramos de uva, por lo que los datos bajarán de manera significativa respecto a 2016, cuando incluso se llegó a superar esa cifra, según explica el presidente de la sociedad, José Manuel Velasco.

A pesar de las malas previsiones, el máximo responsable de la cooperativa espera que, debido a la baja producción de uva que también se va a dar en el norte de España, se produzca una subida en los precios de mercado que pueda llegar a compensar la situación y salvar la temporada.

Para la presente campaña, Virgen de la Oliva contará con las mismas hectáreas que en el ejercicio pasado, alcanzando aproximadamente las 420. En este sentido, Velasco también explica que se reducirán las peonadas con respecto a 2016, cuando se contabilizaron unas 3.500. Eso sí, trabajarán el mismo número de personas, aunque durante un espacio más corto de tiempo.

Será a principios del próximo mes de agosto cuando se iniciará la recogida de la primera variedad, la Moscatel Morisco. A continuación, y todavía durante el citado mes, la campaña de la vendimia proseguirá con las variedades Merlot y Syrah.

Posteriormente, y ya en pleno mes de septiembre, dará comienzo la recolección de la uva Pedro Ximénez, la cual se solapará con la recogida de las Airén y Doradilla, que sufren más la influencia del tiempo cambiante del final de la época estival.

La comercialización de los vinos de la cooperativa Virgen de la Oliva la lleva a cabo la marca Tierras de Mollina, que no solo distribuye el producto a nivel nacional, sino que una parte viaja al extranjero. Principalmente, estos caldos de la comarca de Antequera llegan hasta países como Alemania y Francia. «Estamos trabajando muy bien con ellos», reconoce Velasco.

De momento, los agricultores vitivinícolas de la zona de Mollina cruzan los dedos para que las temperaturas no suban y se pueda, al menos, salvar la producción prevista a día de hoy.

@ccasadob