Este año sí hubo la llamada «noche de los cuellos largos». Alrededor de 600 flamencos fueron ayer anillados por unos 500 voluntarios en la Laguna de Fuente de Piedra después de que el año anterior no se llevara a cabo por falta de agua en la laguna. Una actividad con la que la Junta de Andalucía posibilita los seguimientos individuales de estas aves y estudia diferentes aspectos de la biología de esta especie.

«Este año sí ha podido ser. Además las malas condiciones que hay en otras lagunas de otros países como Francia y el norte de África, han convertido a Fuente de Piedra en el humedal más importante de toda la Europa Occidental», explicaba el viceconsejero de Medio Ambiente, José Luis Hernández Garijo, que presenció el anillamiento con el delegado territorial de Medio Ambiente, Adolfo Moreno; y miembros del Ayuntamiento de Fuente de Piedra.

Aunque la laguna vuelve a estar seca, en las Salinas de Cádiz y en Doñana sí la hay agua y alimento, lo que permite a los flamencos anidar en este municipio malagueño aunque diariamente salen a alimentarse a un radio de aproximadamente 200 kilómetros.

Sobre las cinco de la mañana una cadena de voluntarios procedentes de toda España formaron una cadena humana para dirigir y reunir a los pollos en un corral. Antes de la suelta, tiene lugar el anillamiento y el marcaje, que se realiza de uno en uno y con la colaboración de todos los participantes. Cada uno de ellos con una función específica. Unos se encargan de portar al pollo para realizar todo el proceso. Cada ave se marca con una anilla de metal, en la tibia derecha, y otra de plástico, en la izquierda. Posteriormente se miden el ala, el pico y el tarso. Se pesan, se toman muestras, y por último, se sueltan. La operación de captura, anillamiento y suelta tiene una duración aproximada de unas cuatro horas. Las anillas de plástico, que permiten la identificación a distancia de las aves sin necesidad de capturarlas, facilitan a los ornitólogos analizar la dispersión de la población, el uso que le dan a las diferentes zonas húmedas, su comportamiento reproductor o su supervivencia.

Voluntarios

Carmen, voluntaria que se encontraba en la zona del pesado, explicó que lo importante era «tomar los datos y que no se escapase ninguno, para poderlos registrar y tenerlos para un futuro». Antonio, un voluntario veterano que lleva acudiendo a la cita 10 años y que ocupaba uno de los puestos de control, matizó que se le extraía una muestra de las «glándulas uropigial que tienen en la parte trasera y con la que sacan una especie de cera, con la cual obtienen una cobertura para repeler el agua; y, también se estudia los carotenos a través de esa cera que es la que le da el color rosa".

Otro voluntario, que procedía de la Estación Biológica de Doñana, añadió que mediante los análisis podían obtener el sexo del individuo y analizar la presencia de anticuerpos frente a patógenos que podrían presentar los polluelos. «Se trata de una iniciativa que ha calado de manera profunda, porque esta iniciativa no deja de ser como la piedra filosofal de la conservación ambiental», explicó Hernández, que aseguró que no solo se trata de una iniciativa de conservación, sino de voluntariado y científica.

Muchos de los voluntarios vinieron por primera vez, como una cordobesa que comentó que le parecía una experiencia muy interesante ver como se hace todo, como se rodea la laguna, se van conduciendo y encerrando a los pollos. Además de que luego se obtienen datos que son fundamentales para saber el movimiento del animal».

Desde que comenzaron los procesos de anillamiento en Fuente Piedra, en 1986, un total de 17.777 flamencos han sido marcados con anillas de plástico de lectura a distancia, lo que ha facilitado el estudio de las colonias de cría en Andalucía.

La colonia de flamencos de la Reserva Natural de Fuente de Piedra constituye el principal núcleo reproductor del Mediterráneo Occidental y África Noroccidental.

Este año, en Fuente de Piedra, el número de parejas reproductoras que se han establecido en la laguna se estima en unas 19.000, y el total de pollos asciende a unos 10.000, contabilizado mediante fotografías aéreas con drones.