Una vecina de Coín, Silvia Artas, andaba por la calle Espíritu Santo. Cuando se encontraba cerca del Instituto de Secundaria Licinio de la Fuente perdió el equilibrio y se acabó golpeando el suelo con el hombro.

Más de dos años después, las secuelas de aquel accidente persisten, pero la mujer está indignada con la actitud del Ayuntamiento, al que reclama una indemnización y que arreglen la calle donde se cayó.

El Consistorio ha desestimado la denuncia. En el expediente que se abrió, explican que no consta ningún informe de inspección ocular del lugar, ni por parte de la Policía Local, ni de la Guardia Civil.

Admiten que hubo una diligencia de comparecencia en las instalaciones de la Benemérita. Silvia fue al día siguiente de su accidente al cuartel. Sin embargo, señalan que cuando acudió esta vecina no presentó ninguna prueba gráfica de la zona ni testigos de lo ocurrido. Tampoco ningún informe médico completo, aunque sí la asistencia a Urgencias.

«¿Qué no existe inspección visual de la Guardia Civil? Mentira, existe», asevera Silvia Artas. La mujer tampoco comprende que no le haya solicitado toda la documentación médica que tiene y demuestran seis operaciones, decenas de pruebas y visitas médicas.

Para el Ayuntamiento, esta vecina debería haber entregado toda la documentación médica, de la que también consta en el expediente un informe realizado por un centro hospitalario privado casi un año después del suceso. «El informe está elaborado según la normativa», afirman fuentes municipales.

Tras el accidente, a Silvia le fue diagnosticada una lesión en el plexo braquial derecho, por la que, después de un año de baja, le dieron la incapacidad total permanente «No soy la primera que se cae en ese tramo», afirma, recordando a su vez que otra mujer se cayó apenas siete meses después de su accidente y «se abrió la cabeza».