Un grupo inversor nórdico acaba de elegir el municipio axárquico de Arenas, uno de los de menor renta por habitante de toda Andalucía, para impulsar la construcción de un establecimiento hotelero con las características de un geriátrico de lujo.
La iniciativa acarreará un movimiento económico de unos 90 millones de euros y propiciará, según unos primeros estudios facilitados por el Ayuntamiento, que prácticamente desaparezca el desempleo en una localidad que apenas tiene empadronados a 1.200 habitantes.
El proyecto incluye la creación de un total de 240 apartamentos en los que las personas de mayor edad puedan estar alojadas con la correspondiente atención geriátrica, pero «con una gran autonomía y privacidad». Pero también se edificarán 120 habitaciones en «régimen de alta atención geriátrica» y un hotel de cuatro estrellas, con 121 habitaciones adicionales. Se convertirá de esta manera en uno de los mayores establecimientos turísticos de la comarca, con hasta 90 empleos directos.
Además, la cercanía con las cimas más elevadas del Parque Natural de las Sierras Tejeda, Almijara y Alhama convertirían a este complejo hotelero en uno de los de mayor encanto del litoral comprendido entre Málaga y Almería, como ha destacado a este periódico el arquitecto responsable de su diseño, el también axárquico Arturo Ruiz Salvatierra.
Asimismo, el futuro hotel dispondrá de más de 50.000 metros cuadrados ya construidos. «Además de todo lo anterior, el proyecto posee un concepto muy especial respecto a la integración de usuario con el entorno inmediato y por su ubicación en el medio rural», añade el técnico.
Presentación en sociedad
El nuevo proyecto que plantea el grupo nórdico que lo financiará se localizará en la finca El Jaral y será innovador porque «apuesta por el envejecimiento activo y la autonomía de los residentes en un complejo de una gran calidad ambiental». El Consistorio de Arenas ha querido servir de lugar para la presentación pública del anteproyecto del complejo geriátrico y hotelero y ha destacado, asimismo, las enormes perspectivas laborales que va a generar en una zona especialmente azotada por la despoblación.
«El proyecto está pensado para facilitar la atención a personas de diferentes edades en un entorno de una gran calidad ambiental y paisajística en el que se aprovecha la luz natural, el entorno rural y la amplitud de la finca para ofrecer al residente o turista un alojamiento único en la zona», ha manifestado el munícipe Laureano Martín, al tiempo que recordaba que la tasa de desempleados es en la actualidad de un 18%, con casi un centenar de personas sin trabajo.
Las edificaciones se van a desarrollar bajo dos premisas fundamentales que convierten en espacio único el alojamiento: «La ecología profunda que persigue un respeto absoluto por el ambiente de vida existente en el entorno y la arquitectura orgánica unificada que promueve la armonía entre la vivienda humana y el mundo natural», como argumenta Ruiz Salvatierra.
Al respecto se establecerán tres niveles: un área ajardinada en la que se desarrollan las edificaciones y zonas de paseo, un área de vegetación autóctona y un área de producción en la que los residentes pueden desarrollar labores agrícolas, ganaderas y artesanas.
«En esta última zona, las personas alojadas en el complejo podrán cultivar sus propios productos, obteniendo alimentos ecológicos a la vez que desarrollan una actividad física y de entretenimiento beneficiosa para su salud.
El proyecto aprovecha la orografía del terreno usando los caminos preexistentes que una vez mejorados se hacen partícipes de los nuevos usos del suelo», subraya el arquitecto torroxeño que se ha encargado de hacerlo posible.
Cada edificación tendrá un máximo de dos niveles, planta baja y primera, «totalmente integradas en el entorno usando materiales autóctonos se distribuyen por la zona ajardinada. Y las habitaciones serán de cuidados en el área más cercana al acceso a la parcela, rodeadas por recorridos suaves y cortos adaptados a personas con movilidad reducida para un mejor esparcimiento de los residentes».
