«Todo se movió, la gente era zarandeada en el vagón, y mirábamos al techo, que se abría, pensando en que si esa chapa se abría del todo sería una guillotina». Así recordaba Rosa Cañete, una vecina de Torremolinos que viajaba en el tren de Media Distancia descarrilado en Sevilla, el accidente que sufrió horas antes cuando el convoy salía de la estación de Arahal. La herida, que presentaba un golpe en la cadera, pierna y cuello, aunque sin gravedad, aseguró que la policía fue quien la acompañó al centro de salud de la localidad, donde fue dada de alta. El testimonio de Rosa es especialmente valioso, ya que explicó a Efe que los responsables del tren avisaron a los pasajeros antes del accidente de que iban a hacer un transbordo por el mal estado de la vía, aunque luego continuaron con normalidad. Cañete dijo que a las 9.45 el revisor avisó a los pasajeros de que se iba a realizar un transbordo en autobús en la localidad arahalense por el mal estado de la vía, «y 15 minutos después» les dijeron que no, que seguiría el viaje hacia Sevilla. «En ese momento nos extrañamos, porque pensamos que cómo era posible que en un cuarto de hora todo se hubiese solucionado, y poco después el vagón descarriló», dijo.

El parlamentario andaluz por Málaga de Ciudadanos (Cs) Carlos Hernández, también vivió en primera persona el accidente. Hernández, que viajaba a Sevilla para asistir al Parlamento andaluz, aseguró que fue «un susto muy grande y la gente tiene aún el miedo en el cuerpo». El político explicó que iba en el primer vagón, aunque fue el tercero el más afectado, «donde iban las personas que han resultado heridas», explicó a Europa Press: «ha sido un movimiento muy brusco». «Ha sido un susto grandísimo y podría haber sido peor porque podría haber volcado el tren. La gente está con el susto en el cuerpo», dijo el parlamentario andaluz antes de añadir que tras el siniestro fueron trasbordados «a otro tren, incluidos algunos de los heridos», y que la Guardia Civil tomó nota a todos los pasajeros.

Los servicios de emergencia que atendieron a los heridos del descarrilamiento del tren en Arahal tuvieron que usar tractores, quads y hasta vehículos del Ejercito de Tierra para poder llegar a la zona de El Sorbito, donde se encontraba el convoy accidentado. Desde que se supo de la noticia a las 10.12, los servicios de emergencia se enfrentaron a las consecuencias de las fuertes lluvias caídas durante la madrugada, que provocaron que los campos y veredas de acceso estuvieran inundadas y enfangadas. Por ello fue indispensable la colaboración de los agricultores de la localidad, que llevaron a los efectivos de emergencia hasta una zona cerca al lugar del suceso en la que pudieron subir a un tren fletado por Renfe para recorrer el último kilómetro de trayecto aproximadamente. Poco antes de las 11 de la mañana era movilizado el Ejército de Tierra con base en Morón para que sus vehículos pesados ayudasen en el traslado a los médicos, enfermeros y demás personal sanitario, mientras algunos preferían caminar a pie casi tres kilómetros para poder atender a los heridos de la forma más inmediata posible.

Los agricultores de la localidad se movilizaron para abrir paso a las ambulancias y remolcarlas, para dejarlas lo más cerca posible del tren siniestrado, y hubo que pedir poco después de las 11.00 horas que no fuesen más tractores a la zona para no colapsar la carretera. Poco antes de las 13.15 horas llegaron todos los servicios de emergencia. El tren descarriló poco antes de cruzar un puente, lo que hizo que el suceso fuese menos grave, ya que no llegó a impactar con las paredes de la estructura. Los primeros heridos fueron atendidos por agricultores que trabajaban en la zona.