El cortador de jamón sevillano Víctor Fernández ha ganado el VII Concurso de Corte de Paleta de Faraján, evento en el que han participado seis profesionales que se desplazaron hasta el municipio desde distintos puntos de España.

La iniciativa congrega a un gran número de público y, como es tradicional, está incluida en la programación de actividades que se llevan a cabo en Faraján con motivo de las Fiestas de la Inmaculada.

Leocadio Corbacho, gerente de La Casa del Jamón y miembro del jurado, ha explicado que en el concurso se han incluido tanto a profesionales de reconocido prestigio como a cortadores principiantes que quieren iniciarse en este mundo.

Corbacho, campeón de España de cortadores de jamón, ha indicado que, a la hora de valorar el trabajo de los cortadores, los jueces han tenido en cuenta una decena de parámetros, como por ejemplo la vestimenta de los participantes y la preparación de su material, la limpieza de la pieza, el grosor y el tamaño de las lonchas, el corte a ojo de un plato de 100 gramos de peso o la preparación de un plato creativo.

Por su parte, el cortador Víctor Fernández se mostró gratamente sorprendido ante la decisión del jurado ya que “no esperaba ganar este concurso, el nivel ha sido muy alto y cualquiera de mis compañeros bien podría haber sido el vencedor”. Además, Fernández ha destacado el gran ambiente en el que se ha desarrollado el evento, que contó con la presencia de centenares de personas y que, como es habitual, coincidió con la celebración de la CXM Faraján.

Los platos de paleta cortados por los profesionales salieron a la venta para los asistentes al concurso a un precio muy económico considerando la calidad del producto, ya que las piezas fueron aportadas por Jamones Alto Genal, empresa que en su larga trayectoria ha logrado gran reconocimiento en la creación de exquisitos productos derivados del cerdo ibérico puro y, en especial, el denominado jamón de castaña.

Tanto Corbacho como Fernández han coincidido en que calidad de las paletas del concurso fue excelente debido a una serie de factores que se cumplen rigurosamente tanto en la crianza de los cerdos como en la elaboración del producto. Por un lado, los animales viven en constante libertad en las escarpadas dehesas de Faraján y están nutridos de alimentos que no cuentan con ningún tipo de aditivo químico o artificial.

Estos cerdos comen cereales y leguminosas en vez de piensos compuestos, bellotas que aportan al producto final gran calidad, suavidad y dulzor, y castañas que, aunque conforman una pequeña parte de la alimentación de los animales, le dan a los jamones y paletas una textura y una suavidad sin igual.

Precisamente de esta parte importante, pero ni mucho menos exclusiva, del proceso de alimentación de los cerdos procede la denominación comercial jamones de castaña. Además, la curación de los productos de Jamones Alto Genal se realiza de forma tradicional y natural, lo que les confiere un exquisito sabor.