Un juzgado militar ha citado a declarar como testigos a dos soldados el próximo jueves en Sevilla tras las denuncias presentadas por una militar del Acuartelamiento Aéreo de Bobadilla, anejo de la localidad de Antequera, por presunta agresión sexual por parte de compañeros, según el letrado que representa a la mujer, Javier Rincón. Además, el Juzgado de Instrucción de la ciudad de los Dólmenes tiene previsto citar a la denunciante próximamente, según apuntaron ayer fuentes judiciales.

El letrado indicó que se ha citado a comparecer como testigos en el juzgado militar a dos soldados, una mujer y un hombre, aunque «uno de ellos podría estar relacionado», según indicó el propio abogado, quien añadió, respecto a la próxima citación de su representada, que, si es así, «sería fantástico porque lo habíamos solicitado».

La soldado hizo una primera denuncia por unos hechos sucedidos el 10 de diciembre -día en el que se conmemoraba la festividad de la patrona del Ejército del Aire, Nuestra Señora de Loreto-, en la que señalaba que habría sido drogada cuando estaba en un bar con compañeros. Posteriormente, la ha ido ampliando conforme ha recordado detalles, aludiendo en la última del 16 de enero a la presencia de dos hombres en la habitación. Además, en una de esas ampliaciones denunció otra agresión sexual sufrida en septiembre.

En este último caso, la policía detuvo a un hombre por un presunto delito contra la libertad sexual, aunque el abogado de la mujer confirmó que en la actualidad no hay ninguna persona detenida por estos hechos.

En este sentido, la mujer sostiene en la denuncia, a la que ha tenido acceso este periódico, que no quiso dar cuenta de lo sucedido en el mes de septiembre a las autoridades porque le daba vergüenza y por lo que pudieran pensar el resto de compañeros sobre su persona, llegando incluso a decir al agresor que no contase nada a nadie, ya que no quería que su reputación resultase dañada.

De igual forma, en el documento, según siempre la declaración de la soldado, se sostiene que el militar que fue detenido la cogió por uno de los pasillos del cuartel y la empujó hacia su habitación, empezándola a besar. En primera instancia a la mujer no le desagradó, pero en el momento de «concretar relaciones sexuales completas» ella se negó. Sin embargo, el hombre continuó con los tocamientos y le bajó los pantalones, intentando mantener relaciones sexuales con ella, lo que «inició, pero no pudo concluir ya que no se dejaba».

Por las denuncias presentadas, hay varios juzgados con diligencias abiertas. En cuanto a la jurisdicción militar, de este procedimiento va a conocer el juzgado de Málaga, pero al estar vacante, instruirá la jueza del de Sevilla, que, según el letrado de la militar, ha realizado la citación de los dos soldados ya mencionados.

En lo que respecta a la jurisdicción ordinaria, el Juzgado de Instrucción número 2 de Antequera, que investiga la supuesta agresión en septiembre, ya se ha inhibido en favor del juzgado militar, lo que tendrá que ser ratificado o no por la Fiscalía, según aseguraron fuentes judiciales.

El letrado, del despacho Rinber Abogados, indicó que ha pedido que el juzgado militar separe en dos causas diferentes la investigación sobre lo denunciado, al tratarse de dos hechos distintos.

Por otro lado, las fuentes judiciales consideraron que el procedimiento en Juzgado en Instrucción número 1 se sobreseyó provisionalmente para evitar que se pasaran los plazos, aunque la Policía Nacional ha seguido investigando y realizando nuevos informes ampliatorios y recabando pruebas de ADN y restos.

Al respecto, el abogado reiteró que «se han encontrado resto de semen en la ropa» de la mujer. Por esto, sostuvieron las fuentes, la causa se reabrirá en los próximos días y se llamará a declarar a la denunciante. Esta sería la primera vez que la mujer comparece ante un juez, ya que las denuncias fueron presentadas ante la Policía Nacional. Sus abogados ya lo habían solicitado.

De otro lado, según confirmaron fuentes del Ministerio de Defensa a La Opinión de Málaga, la soldado ya se encuentra recibiendo ayuda psicológica del Ejército, un servicio que en primera instancia se negó a solicitar pero que, finalmente, se decidió a pedir al Gobierno central durante el pasado viernes.