Más del 80% de los municipios costeros retira los depósitos de praderas marinas de las playas mediterráneas, principalmente por necesidades estéticas relacionadas con el turismo, pese a los beneficios que éstos pueden tener en el mantenimiento de los ecosistemas del litoral. Esta es una de las conclusiones de un estudio llevado a cabo durante el verano de 2017 en 144 municipios de cinco países (España, Francia, Italia, Grecia y Chipre), para conocer el estado de las prácticas y herramientas en la gestión de playas, según informó ayer la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Los depósitos formados por las praderas de Posidonia actúan «como un escudo que evita la pérdida de arena de las playas y asegura la resistencia y la estabilidad del litoral», aseguró María del Mar Otero, experta marina del Centro de Cooperación del Mediterráneo de la UICN, con sede en Málaga.

En el proyecto Interreg Posbemed se analiza la gestión, los conflictos y las oportunidades de la costa mediterránea con el fin de fomentar la sensibilización de los usuarios de las playas, así como de aquellos que se encargan de su mantenimiento.

La Posidonia oceánica es una planta marina que forma extensas praderas submarinas en el mar Mediterráneo. Durante las tormentas de invierno, sus hojas y raíces aparecen en las orillas y con frecuencia formando gruesas matas mezcladas con arena, denominadas arribazones. Sin embargo, en primavera y verano, las autoridades locales suelen retirarlas debido a la alta presión ejercida por el turismo, a pesar de que éstas protegen las playas de la erosión y juegan «un papel fundamental en el mantenimiento de ecosistemas vulnerables».

La maquinaria pesada, como las excavadoras, es la primera elección para retirar los depósitos de praderas marinas. «Estamos intentando demostrar que las hojas de las praderas marinas que acaban en las playas son beneficiosas y no deberían retirarse, porque ayudan a la recuperación de arena, a luchar contra la erosión costera y a la revitalización de las playas»,declaró María Eugenia Giunta, de la Entente Interdéparlamentale de Démoustication Méditerranée. Los métodos de eliminación varían. El 26% de los municipios los depositan en un vertedero, mientras que el 20% de los lugares las hojas se conservaban para luego ser depositadas en su ubicación original.