La vendimia llega este año tarde. Concretamente, con dos semanas de retraso. La culpa, la ausencia de altas temperaturas de otros años en el arranque de este verano. Los agricultores auguran, no obstante, una cosecha similar a la de 2017. El listón estuvo entonces en cerca de 5 millones de kilos y 3,5 millones de euros facturados. Una cuota muy importante correspondió a los nuevos vinos espumosos, en comarcas como la Axarquía. Precisamente, corresponden a ese destino las primeras uvas que comienzan a recolectarse estos días.

El secretario general de UPA en Málaga, Francisco Moscoso, relata a este periódico que durante el mes de julio se ha observado que la uva «tenía menos grados de los esperados para esas fechas, debido a que no ha hecho tanto calor como otros veranos anteriores». Sin embargo, en caso de que durante estas primeras semanas de agosto la tendencia cambie, no se descarta que ciertas variedades recuperen parte del retraso ya acumulado.

En términos generales, sin tener en cuenta que los responsables de bodegas que elaboran espumosos empiezan ya a tomar las viñas, para los días 15 o 20 de agosto la mayoría de las fincas estarán en plena labor de recolección. «Puede que la cosecha llegue a ser ligeramente mejor sobre la anterior, pero para hacer algún tipo de análisis global es bastante pronto aún».

Este portavoz sindical coincide con otros representantes agrarios respecto a que, pese a la humedad de la pasada primavera, «no ha habido mosquitos ni enfermedades como la popularmente conocida como ceniza». En este sentido, las perspectivas son bastante positivas en casi todas las zonas productoras de la provincia.

En la localidad de Moclinejo, su alcalde y heredero de las históricas bodegas Antonio Muñoz Cabrera-Dimobe, Antonio Muñoz, indica que la vendimia, en efecto, ha comenzado con dos semanas de retraso para los caldos espumosos que preparan con las uvas recolectadas estos días. Y remarca que la reciente declaración de la uva pasa moscatel como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial debe servir para abrir nuevas líneas de ayudas que permitan, por ejemplo, «restaurar los viñedos más antiguos, que a la vez son los que suelen producir menos».

«Tenemos que aprovechar este tirón del que estamos convencidos todos los organismos públicos. Con la defensa de la uva moscatel en la Axarquía se ha logrado algo bastante difícil, que rememos en la misma dirección todos los organismos públicos con independencia del color político», indica.

En la vendimia es precisamente en la uva pasa donde más hay por hacer, en el sentido de invertir la tendencia de los últimos años. Por ejemplo, en 2017 el kilogramo de este producto se comercializó en una media de 2,80 euros, de manera que la facturación apenas alcanzó los 560.000 euros.

Es una cifra bastante baja sobre el montante económico que genera el vino en la provincia. En 2017 dicha facturación fue de 1,73 millones de euros en origen, con cifras cada vez más significativas en cuanto a la exportación de los diferentes caldos malagueños.