En Tolox no se detienen las actividades durante todo el año y agosto no se queda atrás. En unos días comenzará la feria en honor a San Roque, famosa por su cohetá y por el mes de septiembre tendrá lugar una nueva edición del ya consolidado festival de Art Tolox, donde jóvenes y expertos demuestran sus dotes artísticas en un amplio abanico de materias.

Antes y aprovechando la temporada estival en la que la localidad duplica sus habitantes, gracias en mayor medida a los que acuden a curar sus males respiratorios al Balneario del municipio, algunas calles se han poblado de una iniciativa que ha llenado de colorido el centro del municipio.

Son muchas las ciudades que en estas fechas y ante el calor sofocante entoldan sus principales calles y plazas para que el visitante y el que pasea pueda hacerlo paliando con esto las altas temperaturas. Tolox no ha sido menos aunque en esta ocasión con una interesante y artística muestra.

La idea partía de la Asociación Cultural Juagara, que es una entidad vinculada al Museo de Artes Populares de Tolox, que tiene su sede fijada en la Oficina de Turismo, lugar que ha servido de punto de partida de la muestra en la que han participado más de cuarenta mujeres con edades comprendidas entre los 30 y los 85 años con la confección de más de cincuenta paraguas de croché.

Para ello han utilizado lanillas de diferentes colores y motivos para adornar las calles Balneario y Encina durante el verano. Un motivo que ha animado a numeroso público a discurrir por las citadas calles y a compartir a través de las redes sociales curiosas estampas.

La idea de cubrir ambas calles, siendo estas las vías principales del municipio en los meses estivales, se fraguaba durante el mes de mayo, y el estreno tuvo lugar el pasado 24 de julio.

Según apuntan miembros de la asociación Juagara, la iniciativa se mantendrá hasta finales del mes de septiembre, aunque la idea es la de seguir ampliando la nómina de piezas para el próximo verano.

El proyecto ha sido financiado por las mujeres que han participado, utilizando restos de lanillas que tenían por casa de las labores de costura. Los paraguas son reciclados, con lo cual ha resultado bastante económico para entidad y Ayuntamiento, y está atrayendo en las últimas fechas a numeroso público a contemplar la muestra o a inmortalizarse bajo los paraguas.

No será Tolox el único lugar en explotar esta muestra. En 2014, Águeda, una pequeña localidad portuguesa a 250 kilómetros al norte de Lisboa que ronda los 15.000 habitantes acogía una muestra de 3.000 paraguas a la que recurrieron las instituciones del lugar para incentivar el turismo y no fueron pocos los que recogían su estancia en la ciudad a la sombra de los paraguas con sus dispositivos móviles.

El croché o ganchillo como también se le conoce, gracias a su fácil forma de trabajar permite ejecutar un amplio número de prendas y es un arte al que recurren las mujeres toloxeñas en sus ratos libres.

Cada vez resulta más complicado, pero hasta hace pocos años era habitual ver al final de la jornada a las señoras sentadas a las puertas de sus hogares tejiendo a la vez que departían con sus vecinas y amigas sobre los avatares del día.

Dicha tradición y formas de trabajar se han sucedido a través de las generaciones. Hoy, gracias a esta iniciativa, mujeres de muy diferentes edades han participado gracias al croché en la muestra que adorna las calles del pueblo y que sirve de aliciente para visitar este rincón blanco a los pies de la Sierra de las Nieves.