­La declaración de la Sierra de las Nieves como parque nacional ha superado uno de sus últimos trámites y está cada vez más cerca. Este martes, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó la propuesta definitiva para esta declaración, acordada con la Administración central, según informó el Ejecutivo regional, que explicó que el documento servirá como base para que el Congreso de los Diputados haga este nombramiento una realidad.

En principio, la aprobación de esta propuesta se espera que vaya al próximo Consejo de Ministros, según explicaron a este periódico fuentes del Gobierno autonómico, que indicaron que después tiene que ir como proyecto de ley al Congreso. Fuentes del Ejecutivo central informaron, por su parte, de que, aunque aún no se sabe una fecha concreta para la culminación del proceso, la iniciativa se está tramitando con la máxima urgencia.

La propuesta aprobaba ayer y que ahora se enviará al Gobierno central es la que se ratificó el pasado febrero por parte de ambas administraciones, en consenso con los ayuntamientos implicados, la comunidad científica y los sectores sociales y económicos, con las modificaciones añadidas tras pasar por información pública, aclaró ayer la Junta de Andalucía, que recordó en un comunicado que además del amplio respaldo institucional y social logrado, «la legislación estatal exige para la declaración la concurrencia de especiales valores ecológicos, en este caso determinados por la presencia del pinsapo y de un número de especies exclusivas de la flora (endemismos botánicos) comparable al de las cumbres de Sierra Nevada, actualmente el único parque nacional andaluz de montaña». La declaración de la Sierra de las Nieves elevaría a tres los parques nacionales existentes en la comunidad andaluza, que ya cuenta con Doñana y Sierra Nevada.

La propuesta de parque nacional incluye una superficie de unas 23.000 hectáreas, que abarcarían gran parte del actual parque natural Sierra de las Nieves e incorporará la Zona Especial de Conservación (ZEC) de Sierra Blanquilla y parte de la de Sierras Bermeja y Real, en los términos municipales de Benahavís, El Burgo, Istán, Monda, Parauta, Ronda, Tolox y Yunquera. A ello se añade una zona periférica de protección de 75.000 hectáreas que engloba la totalidad de la Reserva de la Biosfera declarada por la Unesco y otra franja de terrenos de la ZEC Sierras Bermeja y Real. Esta superficie se reparte entre los municipios de Alozaina, Benahavís, Casarabonela, El Burgo, Guaro, Igualeja, Istán, Monda, Ojén, Parauta, Ronda, Serrato, Tolox y Yunquera.

Junto con esta delimitación, también se establece un régimen de protección preventiva que se aplicará hasta que entre en vigor la ley de declaración. De este modo, no podrá otorgarse ninguna licencia, autorización o concesión adicional que habilite para la modificación de la realidad física o biológica de la zona. En particular, el territorio incluido no podrá clasificarse como suelo urbano o susceptible de ser urbanizado.

Situada en la Serranía de Ronda, la Sierra de las Nieves alberga la más extensa población de pinsapos de Andalucía, además de valiosas formaciones de quejigales, encinares y bosque mediterráneo. Sus ecosistemas sirven de hábitat a 150 especies de aves y a una rica fauna terrestre en la que se incluyen la cabra montés, el corzo y la nutria. Entre los valores geológicos, destaca la presencia de numerosas grutas, cavernas y simas, entre ellas la denominada Gesm, con una profundidad de 1.100 metros. Además, alberga uno de los escasos afloramientos de peridotitas (rocas de origen plutónico) del planeta.

A esta riqueza ecológica la Sierra de las Nieves añade la conjunción del urbanismo y la arquitectura popular con un atractivo entorno en el que abundan tajos, barrancos y desfiladeros. En cuanto a las actividades económicas, las más relevantes son las ganaderas, forestales y cinegéticas, así como las ligadas al turismo y a la industria artesanal (talleres textiles, marroquinería y forjado de rejas), resaltó la Administración autonómica.

La declaración de parque nacional dará respuesta a una reivindicación histórica de la zona, que venía reclamando una mayor figura de protección para un espacio que ya era parque natural desde el año 1989. Además, puede suponer un revulsivo para los municipios que se engloban en él y en su zona de influencia, como fórmula para atraer nuevas inversiones, más ayudas públicas, la creación de puestos de trabajos relacionados con el medio ambiente y la lucha contra la despoblación.