Sólo el 14,6% de la población malagueña vive en las zonas rurales, según un estudio del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) publicado ayer que sitúa a la provincia como la tercera de la comunidad con menor tasa de población rural, únicamente por delante de Sevilla (9,3%) y Cádiz (11,6%). En las provincias de Jaén, Granada y Almería, al menos una de cada cuatro personas vive en el entorno rural.

En Málaga, con datos a cierre de 2017, la mitad de la población vive en centros urbanos (aquellos que tienen una población superior a los 50.000 habitantes y una densidad de al menos 1.500 habitantes por kilómetro cuadrado), mientras que otro 35,3% habita en las denominadas agrupaciones urbanas (que presentan un mínimo de población de 5.000 residentes y una densidad de al menos 300 habitantes por kilómetro cuadrado).

El IECA aclara que los centros urbanos no están determinados por las fronteras administrativas municipales, por lo que es posible encontrar centros urbanos formados por varios municipios. Así, de los 23 que hay en Andalucía, la provincia de Málaga presenta cuatro centros: los unimunicipales de la capital y Marbella y dos bimunicipales (Fuengirola-Mijas y Benalmádena-Torremolinos).

En cuanto a las agrupaciones urbanas de las 211 que hay en la comunidad andaluza, 18 están en la provincia malagueña, entre ellas localidades como Vélez-Málaga, Estepona, Rincón, Ronda, Antequera o los dos alhaurines. El resto de municipios (524 en Andalucía, 79 de ellos en Málaga) están catalogados como localidades de zonas rurales.

Diagnóstico andaluz

En Andalucía, el 43,9% de la población andaluza reside en centros urbanos, el 38,8% en agrupaciones urbanas y el 17,3% en ámbito rural. Según el IECA, un rasgo que caracteriza a las poblaciones rurales es un desequilibrio entre hombres y mujeres, inclinándose la balanza hacia el lado masculino. Así, en Andalucía hay 95 mujeres por cada 100 hombres en el ámbito rural, mientras que la situación es a la inversa en los centros urbanos (hay 107 mujeres por cada 100 hombres).

El envejecimiento y la dependencia de la población, si bien es un elemento general de la estructura demográfica actual, también se acentúa en las zonas rurales. A partir de los datos de 2017, el índice de dependencia (número de personas mayores de 65 años entre personas de 16 a 64 años) es de 25,8% en los centros urbanos, se reduce al 22% en aglomeraciones urbanas y alcanza en las zonas rurales un porcentaje del 29,6%.

En referencia al indicador de envejecimiento (número de personas mayores de 65 años entre las menores de 15), el mundo rural también es el que arroja los valores más altos, con unas 128 personas mayores por cada 100 menores de 15 años. En los centros urbanos este indicador es de 99 por cada 100. Las aglomeraciones urbanas son las que muestran menor envejecimiento con un indicador de 80,4 mayores por cada 100 menores.

El porcentaje de extranjeros que reside en cada zonificación establecida también presenta importantes diferencias. Si el porcentaje de extranjeros es de un 7,2% para el conjunto de celdas, el porcentaje se reduce en 1,3 puntos en los centros urbanos y aumenta en 2,1 puntos en celdas de malla rural (9,3%). Si consideramos las distintas agrupaciones de nacionalidades, el porcentaje de población de la Unión Europea, representa el 1,4% en los centros urbanos, mientras que representa el 4,3% en las zonas rurales (el 46,5% del total de extranjeros en esas zonas).

En referencia al empleo, el porcentaje de autónomos es más alto en las celdas de aglomeraciones urbanas (18,8%) y en las celdas de malla rural (18,3%), que en los centros urbanos (17%).