Benaoján es un pueblo de la Serranía de Ronda, situado a apenas una decena de kilómetros de la capital comarcal, y donde 300 personas dependen directamente de las ventas del sector cárnico. Asegura el Ayuntamiento que de los cerca de 1.500 habitantes que figuran en el padrón municipal, «es rara la familia que no tiene a alguien dentro de una fábrica o, indirectamente, su economía depende de alguna de las numerosas empresas que se dedican a comercializar carne mechada, la especialidad local».

La alcaldesa, la socialista Soraya García, que nada más comenzar la actual crisis por los primeros casos de listeria por consumo de carne mechada en tierras sevillanas, incidía en la calidad de los productos de su municipio y en la necesidad de evitar una alarma generalizada entre la población, puso ayer cifras a los daños económicos generados en el pueblo. «Sabemos que estas semanas las empresas ya han dejado de vender carne y han tenido incluso que tirar algunos productos que por fecha estaban próximos a caducar. En total van unos 200.000 euros en pérdidas», relató a este periódico pasado el mediodía, después de atender a medios nacionales y a lanzar un nuevo mensaje público de «tranquilidad hasta que las pruebas sean concluyentes».

Pocos metros más abajo, junto al principal acceso hacia el Consistorio desde la carretera que conecta esta localidad con Ronda o la vecina Montejaque, varios vecinos degustaban carne mechada en un bar. «Aquí estamos, para que los periodistas y los turistas podáis ver que estamos tranquilos, porque tenemos en nuestras fábricas unas medidas extraordinarias. Si por algo Benaoján es conocida en toda Málaga y Andalucía es por la enorme calidad de nuestras chacinas y carnes», señalaba Antonio Fernández ante un grupo de senderistas belgas que acababan de volver de la Cueva del Gato.

Esa «enorme calidad» a la que se apela en el pueblo es la misma a la que recurre la regidora para señalar que en esta crisis «se deberían haber mantenido los protocolos con una exigencia máxima». Al respecto denuncia que aún está a la espera de recibir de la Junta los informes técnicos solicitados. «Se actuó mal al principio, cuando se apuntaron tarde nombres y productos afectados y, ahora -respecto a Benaoján- hemos pagado esos platos rotos, porque se ha comunicado nuestro nombre antes de la confirmación de los análisis preceptivos, con el daño enorme que se ha generado para nuestra imagen», sostiene Soraya García.

«Esto es un acoso y derribo contra Benaoján. Cuando ya se sepa que es mentira, porque estamos seguros de que los análisis demostrarán que no hay listeria en ninguna de nuestras fábricas, esperemos que el pueblo reciba las campañas de imagen de esas mismas autoridades que nos han puesto en el punto de mira. Que vengan a comer carne si confirman que tenemos razón. Y que compensen la pérdida de hasta 15 puestos de trabajo que hemos tenido ya. Si no lo hacen nos veremos obligados a tomar medidas, como cortar el tráfico hacia Sevilla, porque estamos en la ruina total», alertaba Pedro Camuñas, uno de los vecinos que ayer también se apresuró a degustar carne ante las cámaras.

Sostiene que, después del despido de esos primeros trabajadores, seguro que vendrán más: «Es el principio, porque estamos en el inicio de la campaña. Es ahora el momento del año en el que se refuerza la labor de estas empresas y el daño será aún mayor».

Consenso municipal

La regidora subrayaba precisamente que estas próximas semanas, justo con la finalización del periodo estival, es cuando el turismo rural y la llegada de turistas se incrementa en la zona, con atractivos locales de la belleza de la Cueva del Gato. Manifestó que la sinergia que supone visitar estos enclaves y poder degustar las carnes mechadas de Benaoján se va a romper por completo este año.

García agradeció, por otra parte, que en mitad de la «catástrofe a la que se enfrenta» una industria que atesora más de un siglo de historia, «la totalidad de los grupos en el Ayuntamiento han mostrado su unión. En un asunto tan grave y de este calado es importante que los distintos partidos vayamos juntos en una misma dirección».

La alcaldesa añade que este fin de semana ha estudiado la documentación europea sobre esta crisis, ante la falta de información oficial existente: «Es cierto que ahora se ha abierto un debate, que es positivo para el consumidor y sobre el que se había ya puesto el acento desde la Unión Europea, por el aumento de listeria en territorio continental. Pero no podemos abrir una alarma injustificada hasta que no se conozcan y puedan localizarse definitivamente los focos de la propia bacteria», concluye.