La expareja de Lucía Garrido, hallada muerta en 2008 en la finca en la que residía en Alhaurín de la Torre, ha vuelto a negar este viernes cualquier relación con el crimen y que amenazara a la mujer y a su hija para que se fueran de la casa, porque "no me estorbaba para nada"; al tiempo que ha dicho que en este caso "no hay nadie que esté hablando tan claro como yo".

Un jurado popular juzga desde esta semana por este crimen a cuatro hombres, entre ellos a la expareja de la víctima, a quien por el momento no acusa la Fiscalía, pero sí las acusaciones particulares, que representan a la familia, por los delitos de asesinato en calidad de inductor y malos tratos habituales.

La hija de la víctima y de este acusado aseguró este pasado jueves en el juicio que su padre decía a la mujer "amenazas para asustarla y que nos fuésemos" de la casa y que "teníamos que irnos por las buenas, por las malas o si no ella saldría en una bolsa de basura", al tiempo que relató cómo les dejó sin coche, sin agua y sin luz y los perros que guardaban la zona desaparecieron de repente.

Ante esto, su padre, Manuel Alonso, ha asegurado este viernes en declaraciones a los periodistas que su hija, "a la que sigo queriendo, respeto y doy la vida por ella todavía", realizó esas declaraciones porque "está asesorada por ellos", en relación con la familia de la víctima, asegurando que "nadie de mi entorno puede decir nada malo".

Aunque ha dicho que entiende a la familia, ha indicado que tiene "pruebas" con las que "se puede ver perfectamente" que la relación con su hija era buena, no como esta dijo; y ha insistido en que "ellos no pueden demostrar nada, solo lo dicen de palabra y no es cierto". "Yo he estado guardando su luto más que ellos y no he querido meter a mi hija por medio", ha manifestado.

Ha asegurado que Lucía "no me estorbaba para nada" y ha negado que se hicieran en la finca negocios ilícitos de tráfico de animales; aunque ha señalado que sí se pudieron cometer irregularidades en algunas facturas. No obstante, ha apuntado que lo que pudiera conocer "no es como para causar la muerte de una persona".

Cuestionado por si tiene sospechas de quién está detrás de la muerte de su expareja ha dicho que sí y que se las ha dicho a agentes de Asuntos Internos de la Guardia Civil, apuntando su abogado que hubo personas que estuvieron investigadas y a las que su cliente nombró en su primera declaración, pero que fueron sacadas del caso.

El acusado ha señalado que deberían estar sentadas en el banquillo más personas "y que hay alguien que se está riendo de todo esto", añadiendo que tiene "miedo" y, además, "no puedo culpar a nadie sin pruebas".