La Guardia Civil de Tráfico investiga las circunstancias que provocaron el sábado el trágico accidente de tráfico de Carratraca en el que murieron los tres ocupantes de los dos vehículos implicados. La víctimas eran un matrimonio de sexagenarios que circulaba hacia Antequera y el conductor de mediana edad de un todoterreno que iba en sentido Málaga. Según las fuentes consultadas, se trata de uno de los siniestros con más víctimas mortales registrados en las carreteras de la provincia en la última década, sólo superado por los nueve turistas finlandeses que murieron al volcar el autobús en el que viajaban por la A-7 en abril de 2008 por culpa de otro conductor que dio positivo en alcohol. En junio de 2017, el impacto del vehículo de un guardia civil que también dio positivo en alcohol y cocaína contra un taxi también acabó con un balance de tres fallecidos y numerosos heridos.

Posible despiste

Fuentes cercanas al caso explican que los primeros indicios apuntan a que la colisión frontal, que se produjo a la altura del kilómetro 27,5 de la A-357 a su paso por el término municipal de Carratraca, pudo ser como consecuencia de un despiste del conductor del todoterreno, aunque la investigación estaba ayer a la espera de los resultados forenses para poder avanzar en las conclusiones. El choque tuvo lugar sobre el puente que salva el arroyo de las Cañas, una recta donde no se puede adelantar en ningún sentido de la marcha y cuando ambos vehículos circulaban por el mismo carril. A partir de los testimonios recogidos, todo apunta a que el coche en el que viajaba el matrimonio circulaba correctamente y no pudo evitar al todoterreno. Al parecer, este último no había invadido puntualmente el carril contrario como consecuencia de un adelantamiento anterior y circulaba por el carril contrario como si pensara que lo hacía por el carril izquierdo de una autovía.

Por su parte, fuentes de Tráfico indicaron que estos tres fallecidos elevan a 26 las víctimas mortales en las vías interurbanas de la provincia, siete más que las 19 durante todo el año pasado, ejercicio que hasta ahora ha marcado el mínimo histórico de siniestralidad en Málaga.