El olivar de montaña es un cultivo tradicional en Andalucía cuya característica particular es el terreno irregular para su plantación, con desniveles del 35 al 40 por ciento, unas peculiaridades que dificultan su recogida pero que dotan a las aceitunas de una serie de propiedades que dan una alta calidad al aceite.

La importancia de este tipo de cultivo ha sido tratada por expertos en una conferencia en el Museo de Vélez-Málaga en la que se han analizado sus cualidades, sus oportunidades y las posibles soluciones ante una situación cada vez más complicada en el campo andaluz.

El presidente de la asociación Olearum, Cultura y Patrimonio, Francisco Lorenzo, ha explicado a Efe que, por las características del terreno, el olivar de montaña no cuenta con medios mecánicos para su recogida como sí ocurre con el olivar intensivo en zona llana, una diferencia que afecta a la calidad de su aceite según investigaciones recientes.

Lorenzo ha señalado que un estudio realizado por la Universidad de Córdoba pone de manifiesto que los aceites de olivares de montaña obtenidos a partir de 400 metros de altitud son más ricos en fenoles, con lo cual son aceites más saludables, y que además transmiten mucho más sabor y olor, son más fragantes y más resistentes.

Ha señalado la importancia de los olivares monumentales, que cuentan con ejemplares que "posiblemente tienen hasta mil años, seres vivos que tienen más años que una catedral" y que conforman el paisaje de los campos andaluces, que pueden ser un atractivo turístico pero "de manera sostenible y sin dañar" este cultivo de gran valor patrimonial.

El director de la Asociación Española de Municipios del Olivo, José María Penco, ha reconocido que este tipo de cultivo cuenta con "un problema grave en los últimos diez años", ya que los costes de producción del olivar de montaña son de 3,40 euros el kilo de aceite mientras que los de terreno llano intensivo tienen unos costes asociados de 1,30 a 1,40 euros el kilo.

"El precio medio de compra del aceite en los últimos años ha estado en torno a 2,10-2,20 euros el kilo, el olivar de montaña tiene un problema muy grande por falta de rentabilidad", ha señalado Penco, que ha reclamado fórmulas para que este tipo de olivar tenga una remuneración diferente tanto "por el valor del producto como con políticas de ayudas en la nueva PAC".

Penco ha asegurado que "no hay otra solución que pagar con mayor valor en el mercado" el producto del olivar de montaña y que la única forma de conseguirlo es "con la calidad y también con la producción ecológica".

Por su parte, la investigadora del Instituto de Investigación de Formación Agraria y Pesquera (IFAPA) Angjelina Belaj ha subrayado la importancia de las variedades locales en el olivar de montaña, muchas las cuales "son desconocidas y son una seña de identidad porque están ahí desde hace siglos, muchos de ellos olivos monumentales" con un gran valor.

Belaj ha reconocido que este tipo de olivar es "una fuente importante de diversidad para caracteres de interés agronómico como resistencia a plagas y enfermedades o como estudios de cara a futuros cambios climáticos", un interés que recae tanto en el campo de la investigación como en la práctica.

Para la investigación, primero deben identificar "un olivo diferente" de las variedades que el IFAPA alberga en su banco de germoplasma mundial de olivo en Córdoba, este material lo propagan, lo mantienen en colección, lo estudian y lo comparan "en diferentes puntos de Andalucía para saber su valor agronómico".

"Animaría a las personas que trabajan el olivar de montaña a que no se olviden de que, además de tener un olivar que les trae recuerdos con valor sentimental y familiar, también tienen un patrimonio genético con valor científico y práctico", ha asegurado Belaj, que ha animado a la puesta en valor de este tipo de cultivo.