No los vemos, pero están ahí. Nuestros mayores soportan como pueden el confinamiento al que nos avocado la pandemia del coronavirus sin salir de casa o de la residencia donde están ingresados, conscientes de que son el mayor grupo de riesgo del coronavirus

Para mitigar su ansiedad en estas circunstancias, residencias como la de la Orden de San Juan de Dios han optado por repartir tabletas entre los mayores para que puedan estar en contacto con sus familiares.

La idea es que los mayores puedan tener una comunicación más cercana y fluida con sus familiares a través de videollamadas, un procedimiento que les resulta más beneficioso en estos momentos que una simple llamada telefónica.

Según los expertos de la atención a los mayores de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en Andalucía, una situación de confinamiento como la actual, en que los mayores no pueden recibir la visita de sus familiares les provoca ansiedad y angustia sin precedentes.

"A través de las videollamadas, ayudamos a los mayores a combatir la soledad y el aislamiento social, de forma que se genera mayor bienestar entre ellos", afirman los especialistas.

Al estar en contacto mediante videollamada, los mayores reduce el estrés que les supone no ver a sus familiares y les permite compartir las emociones que están experimentando durante el confinamiento.

"A través de las videollamadas ofrecemos a los mayores la oportunidad de ver que sus hijos y nietos están sanos, que las medidas que se están tomando son eficaces y que pronto podrán volver a tener ese contacto físico que tanto necesitamos", afirman los especialistas.

De esta manera los mayores pueden comprobar de primera mano que sus familiares están bien y sentirse reconfortados, y a sus familiares saber que sus mayores están recibiendo las medidas de seguridad necesarias para hacer frente al coronavirus.