Aunque la alerta sanitaria se haya suavizado, la emergencia social sigue siendo un gran efecto colateral provocado por la pandemia, una consecuencia que desde el 14 de marzo que se decretó el estado de alarma «ha ido aumentando paulatinamente y que a día de hoy sigue ascendiendo», según cuenta el presidente comarcal de Cruz Roja Española en Antequera, Francisco Pérez.

Y es que esta pandemia también cambió el plan de actividades y acciones que tenía previstas la ONG durante el primer trimestre del año para poder responder a la multiplicación de las necesidades y demandas que atendían antes, y que por desgracia siguen.

Cruz Roja Antequera se ha implicado desde un primer momento en la gestión de la situación a través del plan de acción Cruz Roja Responde, una respuesta frente a la emergencia sanitaria y social provocada por el Covid-19. «Aunque nos vimos obligados a cerrar espacios sociales que tenían mucha demanda y la propia sede de la asamblea, seguimos atendiendo a puerta cerrada de manera telemática».

Aunque en muchas otras ocasiones no han seguido el horario, esta crisis ha sido de tal magnitud que «hemos tenido que trabajar de lunes a domingo de nueve de la mañana a nueve de la noche y sin tener días festivos durante tres meses consecutivos».

Así, aunque han tenido que suprimir algunas actividades por prevención han potenciado otras. Han colaborado llevando alimentos al comedor social todos los días de lunes a sábado y han apoyado el reparto a domicilio de recursos de primera necesidad del banco de alimentos municipal.

En este tiempo, la organización ha realizado más de 2.300 intervenciones en la comarca de Antequera para afrontar la emergencia sanitaria y social, han atendido a más de 700 personas, han recibido más de 260 llamadas de información social y han efectuado seguimientos de biomédicas y salud a más de 300 personas.

Todo ello ha sido posible gracias al «trabajo, tiempo y dinero» de cada una de las personas que formar o colaboran con ellos. Concretamente, la asamblea comarcal de Cruz Roja Antequera consta de 3 trabajadores y unos 500 voluntarios. Con esta situación, se han visto mermados a unos 30 «porque Cruz Roja ha tenido que autocontrolarse por ser personas de riesgo, pero aún así muchos han ayudado y siguen atendiendo de manera telemática».

Los 900 socios de toda la comarca también han jugado un papel fundamental en la organización «porque sino llega a ser por su aporte económico, no podríamos haber seguido adelante».

Ahora van a empezar con el reparto de las tarjetas monedero de la Junta de Andalucía en colaboración con los ayuntamientos «lo que solventar un poco las necesidades básicas pero los ciudadanos tienen más necesidades y esta crisis no va a ser eterna, pero sí duradera».