El Instituto de Educación Secundaria Pedro Espinosa de Antequera forma parte de los diecisiete Institutos Históricos Educativos de Andalucía, catalogados así desde 2018 por la Junta de Andalucía.

La trayectoria de estos centros como el patrimonio forman parte de su identidad organizativa, pedagógica y educativa y por tanto contribuyen a forjar una parte de la historia de Andalucía.

Tal es así, que recientemente el instituto Pedro Espinosa de Antequera ha sido uno de los tres centros de secundaria malagueños premiados en la vigésimo primera edición del concurso internacional Ciencia en Acción 2020, cuyo objetivo es presentar la ciencia de manera atractiva para que los jóvenes y el gran público se interesen por ella.

Así, el centro antequerano ha conseguido el primer premio ex aequo con el trabajo ‘Minerales y tiempo: Un tándem convertido en patrimonio’, en la modalidad ‘Laboratorio de Geología’. Un trabajo de la profesora de física e investigadora María Matilde Ariza .

El trabajo surgió a raíz de la donación de una colección de minerales por el ciudadano francés Luis Ignacio Durán que se puso en contacto con el Pedro Espinosa a través de la Asociación Nacional De Institutos Históricos.

El proyecto lo entregó en el mes de mayo, durante el confinamiento. «En principio, estos minerales iban a ser solo catalogados, pero aprovechando la situación de la pandemia con el coronavirus, investigué su relación con la farmacología», explica.

Este premio ha sido solo «la punta del iceberg» de una ardua tarea que han venido desarrollando los profesores del Pedro Espinosa para poner en valor a lo largo de muchas décadas el patrimonio educativo con el que cuenta este instituto y del que poca gente conoce.

El patrimonio histórico del instituto proviene del colegio San Luis Gonzaga de Antequera, que cerró sus puertas debido a la necesidad de un centro educativo para la enseñanza secundaria que hasta entonces no existía en la ciudad.

Desde su nacimiento, en 1928, hasta la actualidad, aglutina en sus aulas aparatos relacionados con la óptima, electrostática, magnetismo, mecánica, calorimetría, o acústica datados a finales del siglo XIX y principios del XX.

Pues el patrimonio se basa en los soportes de la física, la química, la historia natural y las humanidades. Entre todo el patrimonio con el que cuenta el centro, Ariza destaca uno de los pocos armarios de ‘Torres Quevedo’ que existen en el mundo. Este reconocido ingeniero de caminos que inventó un aparato que desencadenó en el mando a distancia actual, montaba armarios con todo el material necesario para las prácticas de electricidad. A esa reliquia se suma una de las pocas pilas originales de Volta.

Además tienen una tabla periódica más grande que la «gigante» del IES San Isidro de Madrid, donde estudió el Rey de España y de las que ya no quedan. «La tabla era de origen ruso, cuyo autor fue el primero en hacerlas a color, relacionando así las propiedades de los elementos de cada grupo con una tonalidad, lo que fue un gran paso».

Otra curiosidad es que poseen ópticas reales a gran escala. «Nunca había visto una lente cónica hasta que llegué al Pedro Espinosa», cuenta Ariza, quien matiza que es del S.XIX y de origen francés.

Además, cuenta con una colección única de sistemas cristalinos de madera y una colección de mapas hechos a mano que se usaban hace un siglo para enseñar las partes de una mariposa o araña. Una colección de animales disecados libros o una biblioteca con más de 18.000 ejemplares

«La colección es fantástica, he visitado muchos institutos históricos en España y ninguna es como la nuestra», expresa.

Los alumnos son los principales impulsores de recuperar el material catalogándolo, limpiándolo o fotografiándolo. En los últimos años, se ha clasificado tanto material que el centro ha puesto en marcha un museo virtual del patrimonio.

El instituto antequerano es socio y fundador de La Asociación Nacional para la Defensa del Patrimonio de los Institutos Históricos que nació a raíz de las Jornadas Nacionales de Institutos Históricos y que en tan solo un año la Corbata de Alfonso X el Sabio por parte del Ministerio de Educación.

«En el 2010 creamos la asociación para reivindicar el patrimonio y conseguir el respaldo de las administraciones.Necesitamos más inversión en los Institutos Históricos para restaurar y mantener este gran tesoro».