Desde el primer anillamiento de flamencos en 1986 y hasta el pasado 2019, la Laguna de Fuente de Piedra ha acogido un total de 26 anillamientos y se han marcado cerca de 20.000 pollos en esta actividad que supone un acontecimiento científico, de conservación, educación ambiental, voluntariado y participación e integración de la población en un espacio natural protegido.

Este tradicional evento en la propia laguna, organizado cada año por la Junta de Andalucía para el seguimiento posterior de las aves, ha tenido que ser suspendido este año, debido al cumplimiento de las medidas preventivas que deben adoptarse en relación al Covid.

Según explica el director conservador de la reserva, Manuel Rendón, «el anillamiento de este año se ha estado evaluando, pero para un anillamiento hacen falta 500 personas, aunque se redujese el número de participantes, es necesario el contacto directo entre ellos, porque una persona coge a un pollo y lo pasa a otra que es la que lo anilla».

La actual situación de pandemia y las medidas que se están aplicando suponen «hacer como si los flamencos no hubiesen criado este año». Aun así, según informa Rendón, la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible ha llevado a cabo el seguimiento de la colonia, «porque además del anillamiento, que se efectúa una vez al año, durante el resto de meses se lleva a cabo un seguimiento de esas aves anilladas que nos da información sobre la situación de la colonia, los desplazamientos a la hora de la alimentación, y otra serie de factores», ha añadido el director.

Respecto al recuento de pollos nacidos este año, «el recuento que anteriormente se hacía con avioneta ha cambiado desde que la tecnología ha ido avanzando; la consejería tiene sus propios drones que nos permiten sacar fotografías aéreas y hacer el recuento posteriormente desde el ordenador». La Reserva Natural de la Laguna de Fuente de Piedra ha acogido este año a unas 10.000 parejas reproductoras y el nacimiento de 6.030 pollos.

Según Rendón, este número «cada año es distinto, hay que tener en cuenta que este año hablamos de un porcentaje elevado contando con que el año hidrológico ha sido bastante seco, lo que ha permitido que la laguna tenga un nivel de agua para que se establezcan estas 10.000 parejas casi de una sola oleada. En años que son mucho más húmedos, el periodo de reproducción se alarga en el tiempo, luego, caben más parejas».

«Lo bonito y lo bueno de Fuente de Piedra», continúa, «es que es un hábitat natural para los flamencos, por lo que las cifras en los años no se repiten de forma consecutiva, aunque podríamos encontrar años similares».

Aunque se han conocido datos de especies que han sufrido variaciones en su modelo de vida durante este año debido a la llegada de la pandemia y el confinamiento, no ha sido el caso de los flamencos «ya que hablamos de una reserva natural, así que desde el 84 estos flamencos ya permanecen aislados en un territorio en el que la actividad humana se restringe a la conservación o a una investigación controlada de las especies que viven en ellos, especialmente los flamencos».

Repercusión en el pueblo

Para el pueblo de Fuente de Piedra el anillamiento de flamencos es un acontecimiento anual, «si hablamos de medio millar de personas de las cuales 100 son vecinos del pueblo y las otras 400 vienen de fuera, en una población de 2.000 habitantes, es un número de visitas importante para el sector servicios», recuerda Rendón, «durante un fin de semana vienen aquí personas que dan uso a todas las instalaciones de turismo del pueblo como campings o casas rurales. Además, bares y restaurantes están a tope, por lo que la cancelación de este año ha supuesto una pérdida importante para el pueblo»