Como cada otoño, buena parte de los habitantes de los pueblos situados en el Valle del Genal comienzan a recolectar su cosecha estrella, la castaña; sin embargo los agricultores de la localidad de Igualeja se encuentran con almacenes que lo que les ofrecen es pagarles ahora la mitad del precio con el que empezó la temporada.

La provincia malagueña, que concentra la mayor producción de castañas de Andalucía, suele recolectar una media de cinco millones de kilogramos por campaña, una tercera parte de ello en Igualeja, donde los vecinos -cuya economía depende en gran medida de este cultivo- han desarrollado este mes varias protestas ante la drástica caída del valor del fruto.

Varios productores del sector han asegurado a Efe que esa bajada es injustificada, ya que las castañas presentan buen aspecto y el 85 por ciento están sanas.

El responsable sector de la castaña en Málaga de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Francisco José Boza, ha explicado que el pasado año tuvieron una mala cosecha con un 40 por ciento afectada por un hongo, lo que podía justificar el precio pagado entonces -que llegó a bajar hasta 0,60 euros el kilogramo-.

Relaciona esta problemática con que Igualeja carece de una cooperativa que les ampare, por lo que "quien manda y quien pone el precio son los almacenistas".

"Cuando sólo teníamos recogido el 30 o 40 por ciento; los precios del martes, a dos euros el kilo, bajaron al miércoles a un euro, la mitad de golpe", explica y añade que lo normal en este sector es que el precio disminuya progresivamente hasta el ecuador de la cosecha, pero no de manera tan brusca.

Los almacenistas alegan que este año habían vuelto a detectar un hongo, pero los productores discrepan y aseguran que la cosecha actual presenta un 15 por ciento de producto dañado frente al 40 por ciento del año pasado, por lo que a ese precio no les compensa la recogida.

Por su parte, las cooperativas de la zona precisan que no es tan grave el estado de las castañas como para tan drástica bajada, pero Boza advierte de que, hasta que no se efectúe la liquidación a finales de año, no se podrá asegurar que esta crisis no haya afectado también a los precios que apliquen este tipo de sociedades.

Unas 1.100 familias del Valle del Genal se dedican a la cosecha de este producto y, según el representante de COAG, "es difícil vivir directamente de la castaña porque son fincas pequeñas, más bien es una renta complementaria".

Francisco José Boza destaca sobre los agricultores que "lo único que podemos hacer es animarlos a que se junten" y creen una cooperativa; pese a que ello no les garantiza nada, "se van a sentir más arropados y van a conocer la realidad más de primera mano".

Juan Manuel, vecino de Igualeja, ha explicado a Efe que, como él, otros productores del pueblo, ante la ausencia de cooperativa, han decidido o se han planteado inscribirse en la de la vecina Pujerra, localidad que genera otro millón y medio de kilogramos de castañas.

Él y Boza coinciden en que una organización común de trabajadores en la zona puede aportar más fuerza para evitar en el futuro panorama como el actual, que consideran "injusto"; pero son conscientes de que para las cooperativas rige igualmente el principio de oferta y demanda y que los trabajadores agrícolas siempre estarán sometidos a perturbaciones del mercado.