La alegría rebosa en forma de colores por la entrada de las nuevas instalaciones de Amidis, asociación para la Inclusión de Personas con Diversidad Funcional en Mollina, que tras cerca de 20 años de andadura y trabajo, ha conseguido albergar una única y pionera aula multisensorial en el norte de Málaga . Un espacio donde los niños más pequeños podrán trabajar y desarrollar todos sus sentidos mediante luces, sonidos, tactos y olores sin tener que desplazarse a las grandes ciudades. «Era una sueño para nosotros, y personalmente una espinita clavada desde que entré en la asociación», relata Lola Álvarez, actual presidenta de Amidis, quien siempre ha estado al lado de su hijo Pedro, diagnosticado de una enfermedad rara desde los seis meses de edad y a la que ha hecho frente gracias a la atención recibida y a las terapias realizadas desde temprana edad.

Actualmente, Amidis atiende en torno a cerca de una veintena de niños y a más de una quincena de adultos con edades comprendidas entre los dieciocho y los sesenta años con discapacidad o dependencia. «Desde que se inauguró apenas hace diez días la sede, ya han sido multitud de personas las que han contactado preguntando por el aula multisensorial», apunta.

Y es que las nuevas instalaciones de esta asociación que nació de la voluntariedad e implicación de varios padres en Mollina y de personas que aunque no estaban vinculadas directamente, querían ayudar , tenían que ser adaptadas a las necesidades del colectivo. «Se han instalado rampas, puertas con medidas adecuadas, cuartos de baño y aulas adaptadas».

Las instalaciones han sido 100% financiadas y cedidas por el Ayuntamiento de Mollina con el que han hecho un convenio de 10 años, y con el que la asociación está más que agradecida. En el montaje del aula multisensorial también han colaborado entidades como La Caixa, Unicaja y la Diputación de Málaga.

Amidis también tiene un convenio con el Hospital de Antequera para que los usuarios puedan ser atendidos por las tardes en la sala de rehabilitación de Mollina. «Estamos muy contentos porque todas las instalaciones se nos han quedado juntas, y prácticamente solo tenemos que pasar de una puerta a otra», comenta Álvarez.

Actualmente, en Amidis ofrecen sesiones de logopedia, fisioterapia y trabajo social, además de trabajo en la nueva aula. Sin embargo, en cuanto a proyectos futuros, esperan hacer atención temprana, además de un proyecto que han presentado a la Diputación basado en un aula de therasuit. Los servicios no son gratuitos debido a la falta de fondos y subvenciones. Es por ello que además de realizar actos benéficos, piden que entidades y demás ayuntamientos de la comarca, «sobre todo de los que tenemos usuarios» también se impliquen. «Aunque algunos dan pequeñas ayudas, hace falta más colaboración. Esto es un beneficio bueno para toda la sociedad», manifiesta Lola, quien considera que sería formidable tener el apoyo de todos.

Durante el confinamiento, Amidis se vio en la obligación de hacer un ERTE y cesar la actividad, algo que fue muy complicado para las familias y personas que tuvieron que parar de golpe sus terapias y sesiones que realizaban habitualmente. «Nuestro colectivo está formado por personas vulnerables, por lo que tenemos que tener mucho cuidado». En la nueva normalidad, la asociación ha vuelto a ponerse manos a la obra para seguir acercando todos estos recursos a las familias de las zonas rurales.