Después de que la Unión Europea incluyera esta semana al Mollete de Antequera en el registro de productos con Denominación de Origen Protegida en la categoría de Indicación Geográfica Protegida (IGP), este pan con textura «tierna, suave y tersa» característico de la gastronomía antequerana y cuyos orígenes se remontan al año 1.539, podrá empezar a comercializarse bajo este sello de calidad a principios de 2021, una vez que se haya configurado el Consejo Regulador en el que se tendrán que registrar los hornos elaboradores que quieran acogerse a este producto certificado.

El órgano, tutelado por la Administración mediante la Dirección General de Industrias, tendrá que publicar el reglamento, tras ello, se tendrán que inscribir las empresas para luego pasar por los procesos de acreditación de la entidad de certificación del sector y ya salir al mercado. Así lo explicaron Juan Paradas y Juan Villodres, los obradores de Molletes San Roque y Horno Antequerano, que aunque han sido ellos quienes han liderado la búsqueda del IGP, han querido dejar claro que «hay más productoras en Antequera y no le vamos a cerrar la puerta a nadie porque esto es caro y necesitamos el apoyo de todos».

Sin embargo, entre las características que recoge el pliego de condiciones de la IGP que ha publicado la Unión Europea se encuentra que la zona geográfica de elaboración y envasado del Mollete solo abarca los términos municipales de Antequera y Fuente de Piedra.

Esta limitación geográfica ya era esperada para Remedios Tortosa, de la empresa de Mollina Padepan, una de las marcas que lleva más de 20 años fabricando molletes y que tiempo atrás se opuso, junto con una decena de fábricas, al reconocimiento del IGP del mollete por sentirse «excluidos del proceso». Tortosa no entiende por qué no les dejan entrar si «no vendemos ni en su mismo sitio» por lo que todo lo atribuye «a la competencia desleal». Tampoco sabe si muchas empresas pequeñas de Antequera , que también le prestaron su apoyo en las reclamaciones, podrán acogerse al IGP ya que «luego hay que pagar un porcentaje por mollete que hagas».

«Nuestra fábrica se queda fuera de juego así que nosotros pensamos seguir adelante en todo lo que se pueda hacer y vamos a reclamar esa cláusula, porque nuestro domicilio fiscal está en Antequera». Por lo que parece que la batalla por el mollete de Antequera solo acaba de empezar.