«El año pasado en un entierro estuvimos dentro de la iglesia con paraguas, más preocupados de no mojarnos que del propio difunto que estaba allí». Esta es una de las tantas consecuencias que están sufriendo los vecinos de Pujerra a causa del mal estado de la cubierta de la Iglesia del Espíritu Santo, que desde hace dos inviernos contando con el presente, las jornadas lluviosas está provocando filtraciones en el templo y el consecuente deterioro del mismo.

Los vecinos están preocupados de que los daños aumenten con el paso del tiempo si no se actúa con premura. Es por ello que han pedido al Obispado de Málaga el poder acometer las obras de restauración en el menor plazo de tiempo posible para evitar que el histórico inmueble sufra aún más.

Incluso las esculturas e imágenes de los santos y las vírgenes han sido sacadas de la iglesia y llevadas a casas de particulares para que no se estropeen por el agua y la humedad.

El alcalde del pueblo, Francisco Macías, es contundente cuando se le pregunta sobre el estado real de la iglesia: «Prácticamente está casi en ruinas».

El Ayuntamiento le ha hecho una propuesta al Obispado para intentar llegar a un acuerdo con el que el Consistorio se encargaría del arreglo del tejado a cambio de quedarse con la parte baja del salón para servicio del pueblo de unos 300 habitantes. «Hemos escrito al Obispado. En el momento en que nos digan que están de acuerdo, llevaremos a cabo el proyecto que calculamos rondará los 100.000 euros».

La demanda principal es solventar el problema de los tejados y acondicionar también los servicios porque «está todo un poco deteriorado»

El alcalde pide al Obispado que se dé prisa porque sino «nos vamos a quedar sin iglesia».

Cati Chicón nació en San Pedro Alcántara, donde actualmente vive, pero sus padres son de Pujerra y a ella le encanta ir al pueblo siempre que puede. Los fines de semana, los días de fiesta o en fechas señaladas como la próxima Navidad. Es por ello que tiene muy claro que quiere que sus hijos «tengan presente siempre las raíces del pueblo tanto como las tengo yo que me he criado allí» Por eso demanda que el pueblo mantenga «nuestras cosas, sea lo que sea, en este caso la iglesia que la tenemos ahí y únicamente estamos hablando de un arreglo».

Como ella, las personas que tienen un pedazo de su corazón en Pujerra, así como los propios pujerreños, se han volcado con la causa y se han unido para recaudar fondos. «Nos da mucha pena porque con el tiempo el techo se va a pudrir cuando hace 19 años costó una millonada, de hecho mi madre dio por aquel entonces 200.000 pesetas» relata Cati.

Así, desde el año pasado por el mes de enero llevan realizando rifas y sorteos en los que están participando multitud de personas, almuerzos benéficos, venta de lotería instalación de barra en eventos como Carnaval, venta de tejas y botellas de vino con las imágenes de los patrones de Pujerra o la realización por parte de los niños de pulseras a cambio de donativos. La Banda Municipal también pretende hacer un concierto benéfico cuando la situación lo permita. Y aunque que la pandemia ha dificultado también la realización de estos actos, por el momento han conseguido entre 5.000 y 6.000 euros. «No podemos esperar mucho más porque el tejado se cae por días, la madera que es preciosa por dentro se está dañando y pudriendo».

Por su parte, el Obispado ha comunicado a este medio que se está estudiando la situación, entre los proyectos urgentes que se han presentado relativos a intervenciones en templos de la provincia, para poder darle una respuesta en el momento en que sea posible.

La Iglesia del Espíritu Santo de Pujerra es una auténtica joya arquitectónica que tuvo sus orígenes a principios del siglo XVI tras la rebelión mudéjar en la que se expulsó a los musulmanes. Tras ello, es mucha la documentación existente sobre la parroquia a lo largo de la Historia, y es por ello que su pueblo quiere salvar esta seña de identidad cultural.