Entrevista | Joaquín Villanova Rueda Alcalde de Alhaurín de la Torre

Joaquín Villanova: «Lo mejor está por llegar, Alhaurín dará un importante salto a nivel metropolitano»

El edil de Alhaurín de la Torre habla sobre los proyectos que tiene para el municipio, la crisis sanitaria y la guerra de Ucrania, entre otros temas. "La principal apuesta es la Ciudad Aeroportuaria", dice

«Lo mejor está por llegar, Alhaurín dará un importante salto a nivel metropolitano»

«Lo mejor está por llegar, Alhaurín dará un importante salto a nivel metropolitano» / chaima laghrissi. málaga

La Opinión

En su trayectoria política, Joaquín Villanova ha sido senador del Reino (2000-2004) y diputado en el Congreso (2011-2015), y desde hace unos años ocupa la vicepresidencia de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP). En estos 25 años como alcalde, lo que caracteriza su política es su férrea lucha por el municipalismo: "Lo primero, mi pueblo".

P: Como alcalde le ha tocado vivir hasta tres crisis económicas de gran calado en sus más de 25 años al frente del Ayuntamiento. La última y más profunda, la del coronavirus. ¿Cuál es su valoración?

R: La verdad es que de las tres crisis he aprendido a crecerme, a dar lo mejor de mí, a pelear por las mejores soluciones y a concentrarme en amortiguar el daño social y económico, dentro de nuestras competencias. Entre 2005 y 2006, nos encontramos con el cierre judicial de las canteras y un conflicto gravísimo que hasta me hizo temer por mi integridad. Tras muchos días de huelga, se planteó una reunión entre todas las partes, de 27 horas de duración, en la que pude negociar un plan especial que reportaría 20 millones de euros al pueblo y garantizar los puestos de trabajo de las plantas mineras. La crisis financiera global entre 2008 y 2012, a la que el Gobierno de Zapatero reaccionó demasiado tarde, fue un golpe tremendo que llevó a un déficit público de más de 100.000 millones de euros y que nos obligó a todos, incluidos los municipios, a duros ajustes.

Aquí logramos la ecuación perfecta: no hubo despido de trabajadores municipales, duplicamos las ayudas sociales y no subimos los impuestos. Y ahora, la crisis del coronavirus frenó en seco buena parte de las expectativas óptimas que se presentaban en 2020. La pandemia ha golpeado en mucho menos tiempo a toda una población, tanto a nivel sanitario como socioeconómico. El Ayuntamiento la afrontó con enorme determinación y capacidad de trabajo desde el minuto uno. Pudimos reaccionar rápida y eficazmente en numerosos frentes dentro de nuestro ámbito de competencias.

En los primeros tres meses, adoptamos más de 50 medidas de gran calado, siempre con el beneplácito de la Comisión Municipal de Seguimiento y del resto de la Corporación. La más importante, aún en marcha, es un plan de reactivación integral, aprobado unánimemente por el Pleno, con medidas de protección social, aplazamientos y bonificaciones tributarias, dinamización del comercio online y las compras en negocios locales e inversiones públicas para generar empleo.

Además, mantuvimos una labor diaria y constante de limpieza y fumigación de zonas públicas, barriadas y mobiliario urbano. Multiplicamos por cinco las ayudas sociales de emergencia y di la orden de reorganizar las áreas municipales para optimizar la prestación de los servicios esenciales. Hemos trabajado mucho el ámbito de la protección de la salud pública y en edificios públicos pero, sobre todo, en estar muy cerca del ciudadano potenciando la e-administración y en no dejar atrás a nadie que tuviera necesidades.

Por ejemplo: nunca dejamos de contestar al teléfono y el teletrabajo fue esencial para la resolución de los problemas del día a día. Es y ha sido una gestión modélica y, al contrario que en otras muchas ciudades de España, llegamos a generar 200 puestos de trabajo entre 2020 y 2021. En resumen: estas tres crisis agudizaron nuestra capacidad resolutiva y de gestión y respondimos razonablemente bien. Parece que uno se ha vuelto experto en resolver crisis, si me permite el comentario.

P: ¿Qué proyectos clave espera llevar a cabo estos años?

R: Evidentemente, la principal apuesta es la Ciudad Aeroportuaria que, después de una década en la que la Junta de Andalucía socialista se dedicó a poner palos en las ruedas, ahora verá la luz en meses. Es un ambicioso espacio productivo de carácter metropolitano, que lidera el propio Ayuntamiento desde los primeros trámites en 2003, y que podrá generar decenas de miles de empleos en los próximos años. Pero para llegar al punto en el que estamos, hemos tenido que comenzar de cero, prácticamente. Tenga en cuenta que hemos tenido que presentar, por dos veces, hasta 15 grupos de documentos sectoriales, que son indispensables para su aprobación inicial.

Tras miles de horas de trabajo, parece que se ve la luz al final del túnel. En estos últimos años hemos cumplimentado y actualizado todo lo que nos han pedido en cuanto a planos, eliminación de inundabilidad, evaluación de impacto. Y ahora solo queda el pronunciamiento de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, como trámite final antes del ok definitivo.

Esta tecnópolis y su industria complementaria supondrá una de las principales inyecciones económicas para toda nuestra comarca, la provincia y Andalucía entera, con miles de millones de euros de inversión equivalentes al 4% del PIB de la Comunidad, pero no nos detendremos aquí y queremos dar un paso más. Una vez situado Alhaurín de la Torre en el epicentro de Andalucía del emprendimiento, el talento, la innovación, la cultura del esfuerzo y la excelencia empresarial, nos toca trabajar en la búsqueda de más suelos industriales para uso logístico y productivo integrado, más allá de esos 4 millones de metros cuadrados de la Ciudad Aeroportuaria.

Les puedo asegurar que lo mejor está por llegar y que Alhaurín de la Torre dará un importante salto de calidad a nivel metropolitano y será punta de lanza de proyectos innovadores relacionados con el sector primario y secundario y con la logística y el I+D+I por bandera. También tenemos un Plan de Movilidad ya aprobado que permitirá un municipio mejor comunicado por dentro y por fuera, más sostenible y con menor dependencia del vehículo privado, además de dejar resueltos todos los problemas de atascos en comunicaciones y carreteras, gracias al apoyo de la Junta de Andalucía y de la Diputación. El futuro teatro municipal y nuevas infraestructuras deportivas e hidrológicas de gran nivel para garantizar el suministro de agua potable son otros de los proyectos a corto y medio plazo, por hablar resumidamente.

Joaquín Villanova

Joaquín Villanova / PRENSA ALHAURIN

P: ¿Cómo ha hecho Alhaurín para pasar de «ciudad dormitorio» a ser uno de los municipios con mejor desarrollo urbanístico?

R: Me gustaría dejar claro que jamás hemos considerado a Alhaurín de la Torre como ciudad dormitorio, sino más bien como pueblo residencial, pero con varias identidades: la de los lugareños y la de los vecinos de nuevo cuño. Desde los años 80, muchísimas familias se radicaron aquí. Antes era por la tranquilidad y, más adelante, por la pujanza y la calidad de sus servicios públicos. Una ciudad dormitorio es otra cosa, es un pueblo sin vida ni identidad, y eso nunca lo ha sido Alhaurín. Es cierto que tardamos un poco en vertebrar a la sociedad, la de siempre y la nueva, pero está claro que ese objetivo lo logramos en su día.

Y ahora todo el mundo se siente alhaurino como el que más y presume de su pueblo y muchos quieren vivir aquí, atraídos por tantas cosas que no podría describirlas todas en esta entrevista: parques y jardines, seguridad, vida cultural, servicios públicos de calidad, deporte para todos... En los primeros años de mi mandato afrontamos una auténtica revolución en Alhaurín para hacerlo más atractivo y pujante.

En el año 2000, cuando tengo la suerte de ser elegido como senador del Reino, es cuando llega la gran eclosión, porque fui capaz de atraer inversiones del Estado por valor de 7.000 millones de pesetas (42 millones de euros), lo cual ayudó decisivamente a generar la primera gran transformación de pueblo a ciudad. Ahora, 25 años más tarde, tengo la ilusión y la fortaleza de encabezar la que será la segunda gran transformación. A la experiencia acumulada en este tiempo, creo que la fórmula magistral que hemos aplicado se basa en tres premisas fundamentales: la estabilidad política (avalada por seis mayorías absolutas), la fuerte disciplina económico-financiera con la que gestionamos las arcas municipales (ingresar 100, gastar 95) y, particularmente, el saber aprender de los errores y corregir el rumbo cuando era necesario, escuchando mucho a la calle.

P: ¿Por qué cree que la gente elige Alhaurín para vivir?

R: Hay muchos factores y antes lo esbocé: antes nos escogían como municipio para vivir, pero es que resulta que las siguientes generaciones de alhaurinos (los hijos y nietos de los que se establecieron y las familias que han seguido viniendo de otros municipios y empadronándose aquí) ya saben que es un lugar para vivir, trabajar, estudiar y disfrutar. Es decir: un lugar que lo tiene todo, con altísimos estándares de calidad de vida, con 73,33 m2 de zonas verdes públicas por habitante (somos el número 1 en España), con sus calles cuidadas, con un tejido industrial y empresarial potente y con una innumerable agenda de actos y eventos de interés incluso internacional, instalaciones deportivas y culturales, atractivos paisajístico. Y todo ello es fruto de un modelo de ciudad bien dimensionado y mirando al largo plazo, sostenible, equilibrado y pensado para todos sin excepción.

El Ayuntamiento que presido es una locomotora que afronta 250 obras cada año; dedica un 20% de su presupuesto anual a inversiones (muy pocos ayuntamientos lo hacen), incluso en años de crisis, y, con ello, garantiza el estímulo de empleo y riqueza en empresas locales que ejecutan los proyectos, además de revalorizar mucho las viviendas que la gente adquiere.

Por cada parque temático que construimos en los distintos distritos municipales, el efecto revalorizador de las viviendas se dispara. Cuando se nos critica que en Alhaurín se pagan muchos impuestos, yo siempre digo que los tributos no cubren ni un 70% de los servicios que prestamos, por lo que la relación inversión-gestión-carga fiscal está entre las más bajas de la provincia, con diferencia. Eso sí: sabemos que Alhaurín de la Torre está de moda y todos quieren vivir aquí, pero somos muy conscientes de que no vamos a masificar el municipio.

Queremos seguir apostando por un urbanismo de baja densidad, que permita mantener los estándares de calidad bien altos y los recursos, sin hipotecar su futuro. Nuestro umbral podría situarse en los 70.000 habitantes como máximo, lo cual permite compatibilizar el Alhaurín residencial con el Alhaurín productivo y de servicios, y con el Alhaurín de siempre, el de toda la vida.

P: ¿Qué problemática está atravesando el pueblo con los servicios básicos?

R: Afortunadamente, las lluvias de estas últimas semanas han aliviado un poco la terrible situación de sequía extrema que vivíamos, pero conviene no dormirse en los laureles. Está claro que el agua es un bien escaso y que tenemos que trabajar por garantizar el abastecimiento a corto, medio y largo plazo. De momento, hemos penalizado los altos consumos en las tasas del agua y del saneamiento, para evitar el despilfarro.

Un alhaurino que ahorre agua no notará subidas en su recibo, eso seguro. Pero es importantísimo trabajar en la planificación de infraestructuras. Tenemos varios proyectos, que son costosos, para canalizar el agua potable desde la capital, con dos grandes conexiones, una desde Churriana y otra desde Pilones, hasta Alhaurín, con grandes tuberías y seguir buscando fuentes alternativas, por ejemplo, con la Costa. Gracias a lo invertido estos años atrás, ahora no nos falta el suministro.

Hemos invertido, y seguiremos invirtiendo, cientos de miles de euros para optimizar el servicio, evitar pérdidas y realizar nuevos sondeos y reperforaciones de pozos en busca de agua, así como en renovar las tuberías en las zonas periféricas y en el centro. Ese trabajo preventivo más las inversiones que aportan otras administraciones, como la Junta de Andalucía, nos permite afrontar con garantías estos años tan complicados a causa de la sequía extrema.

P: ¿Qué planes hay para cultura y ocio en Alhaurín, tras la pandemia?

R: Somos uno de los pocos municipios de Andalucía, y me atrevería a decir de España, que no ha parado en su agenda de actos culturales y de ocio durante la pandemia. Hemos apostado por la ‘cultura segura’, con eventos para todos los públicos, edades y bolsillos, y siempre en escenarios y locales con todas las garantías higiénico-sanitarias. Aún en la polémica Navidad 2020-21, en la que nos criticaron abiertamente por nuestro programa navideño, acabamos teniendo razón: es posible celebrar eventos de forma controlada, dar una alegría a la ciudadanía después de tantos meses de confinamiento, y ayudar a la industria cultural y de ocio y a la de los feriantes, tan castigada por la pandemia.

Muchos profesionales nos han felicitado y agradecido nuestra valentía en unos tiempos en que todo estuvo cerrado a cal y canto. Por eso, afrontar 2022 en unas condiciones mucho más favorables, nos permitirá ofrecer lo mejor de nosotros mismos en Semana Santa y Feria, así como en los festivales de flamenco, jazz, teatro… Va a ser un año histórico, pero seremos recordados especialmente por no haber cerrado el grifo de la cultura ni del ocio en los dos años más duros de la pandemia.

P: Sobre el conflicto de Ucrania, ¿Está prevista la acogida de refugiados?, ¿Hay ucranianos en el municipio que estén ayudando a sus compatriotas?

R: Alhaurín de la Torre es un pueblo generoso y solidario y lo demuestra cada vez que hay una crisis humanitaria, una catástrofe, un problema. Siempre hemos ayudado a los demás, tanto a nivel local como provincial, regional, nacional o internacional. Todas las campañas de colaboración, desde hace décadas, se han saldado con donaciones y recolectas espectaculares, con todo un pueblo volcado individual y colectivamente. Le puedo citar el huracán Mitch en 1998, la crisis del Prestige en 2002, la Guerra de Irak (el Ayuntamiento aportó 30.000 euros de su presupuesto a la ONG Mensajeros de la Paz para proyectos con niños huérfanos) el tsunami del Océano Índico en 2004, el terremoto de Haití en 2010, el volcán de La Palma, el año pasado y, por supuesto, la guerra de Ucrania.

Lo que está haciendo Putin no tiene nombre y pasará a la historia como un tirano sanguinario que unió a todo el mundo civilizado para estar en el bando correcto, pero para mí, lo importante es la respuesta popular. Hay cientos de alhaurinos que han ofrecido su casa para acoger a refugiados, de forma ordenada, a través de las autoridades consulares; hay empresarios que anónimamente han aportado mucho dinero para traer a familias enteras, hay personas que ayudan con lo que pueden. Y las asociaciones de residentes ucranianos nos están muy agradecidos, así como las familias de ese país que viven en nuestro pueblo. Creo que Alhaurín de la Torre, al igual que toda Andalucía y toda España, está dando una lección de ciudadanía, empatía y solidaridad con los que más lo necesitan en este terrible y evitable conflicto.

P: ¿Se ve con fuerzas para seguir un mandato más?

R: Por supuesto. No solo me veo con fuerza, sino también con la misma ilusión del primer día y con muchos más proyectos en cartera. Si mi partido así lo quiere y si la ciudadanía así lo decide en las urnas, me gustaría que hubiera Joaquín Villanova para rato. Le puedo asegurar que estoy en mi mejor momento personal, político y profesional, pero siempre con los pies en el suelo. Oficialmente, por edad, he entrado en el grupo de los pensionistas, pero siempre digo que lo primero es mi pueblo y daré lo mejor de mí cada día que esté en la Alcaldía. Modestamente, creo que he aportado un modelo de trabajo y de municipio en el que más allá de las inversiones, de las horas que echamos, de los proyectos o ideas, lo que valoro es el factor humano, el hacer las cosas pensando en los demás: en mis paisanos, en mi entorno, en las familias, en la naturaleza, en el futuro.

No me gusta el cortoplacismo en política ni tampoco me gusta la caridad mal entendida. Sí creo en aplicar el sentido común en política y en la gestión pública: gastar menos de lo que ingresamos, evitar el gasto superfluo, controlar el capítulo de personal para que no se dispare, multiplicar al máximo las ayudas sociales en épocas más duras. Siempre hemos demostrado estar preparados para escenarios económicamente complicados gracias a ese factor humano: guardamos en el granero para las épocas de vacas flacas como la actual. Sabemos gestionar la economía y sabemos escuchar a la gente y, sin duda, hacerla partícipe en la toma de decisiones municipales de forma activa. No hay más secretos. Para llegar a un nivel de prosperidad como el que disfrutamos en Alhaurín de la Torre, todos somos uno. Es lo que puedo ofrecer y lo que ofrezco desde 1996.