Sucesos
Tres canteras de Coín investigadas por grandes emisiones de polvo en suspensión
La Guardia Civil también investiga vertidos de aguas afectadas por partículas al río Pereila y el uso irregular de pozos en dos de las minas a cielo abierto

Guardia Civil
La Guardia Civil ha investigado a ocho personas y a tres empresas que explotan minas a cielo abierto en Coín por presuntamente emitir de forma reiterada gran cantidad de polvo en suspensión a la atmósfera, así como vertidos de aguas con restos de partículas al cauce público del río Pereila. Según ha informado el instituto armado, entre los investigados hay gerentes de diferentes sociedades, técnicos facultativos y personas jurídicas dedicadas a la explotación canteras a los que se investiga por los supuestos delitos contra los recursos materiales y medio ambiente y por el delito de usurpación de aguas. Fuentes cercanas al caso apuntan que en esas canteras se extraen piedras, grava y dolomita.
Las pesquisas del Servicio de protección de la Naturaleza (SEPRONA) se iniciaron meses atrás por orden de la Fiscalía de Medio Ambiente de Málaga, que conoció los hechos a través de una plataforma vecinal que denunció supuestas irregularidades medioambientales cometidas por varias explotaciones mineras existentes en el municipio de Coín. Concretamente, la denuncia apuntaba a que dichas canteras estarían emitiendo de forma reiterada gran cantidad de polvo en suspensión a la atmósfera, así como vertidos de aguas con restos de partículas de polvo al cauce público del Pereila, río que nace en Sierra Alpujata y desemboca el río Grande, uno de los principales afluentes del Guadalhorce. La Guardia Civil ha explicado que los agentes constataron que el depósito de ese polvo, así como las aguas de riego de algunas de esas explotaciones mineras, acababan en el fondo del afluente, "pudiendo crear un sedimento que podría afectar a la flora y fauna de la zona, catalogada como espacio protegido".
Problemas respiratorios
Fruto de las primeras investigaciones y la inspección de las instalaciones, los agentes apreciaron que durante el funcionamiento de las mismas existían "grandes cantidades de polvo en suspensión que salían al exterior de las canteras, constatándose la carencia de determinadas medidas correctoras y que las existentes no resultaban eficaces, siendo afectado todo el entorno". Los testimonios de los vecinos señalaban que la situación se había vuelto "insostenible en los últimos años" a pesar de las numerosas denuncias y quejas existentes ante diferentes administraciones. Las quejas añadían cómo las emisiones afectaban a las viviendas del entorno, además de molestias y "problemas respiratorios a los vecinos".
Ese polvo, además, afectaba a numerosos cultivos de subtropicales de la zona "cuyos frutos presentaban una capa de polvo o cal que no desaparecía incluso después de llevar a cabo labores de lavado y calibrado, suponiendo un perjuicio económico para los agricultores al no poder vender sus productos como “fruta fresca”, sino como fruta para procesados, con la consecuente depreciación en su precio de venta.
Usurpación de aguas
Según el instituto armado, dos de las explotaciones mineras extraían agua para el uso industrial de manera irregular de pozos que se ubican en el interior de sus instalaciones.
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