Patrimonio

La Casa de González Marín en Cártama, a la venta: piden al Ayuntamiento su compra para blindar su legado

Este viernes se vota en pleno la propuesta de adquisición de la primera planta del inmueble, lo que decidirá el futuro de este edificio emblemático para los cartameños

Interior de laCasa de González Marín en Cártama

Interior de laCasa de González Marín en Cártama / Celia Paredes

La Casa de José González Marín en Cártama se encuentra a la venta. O más bien parte de ella. Los bisnietos del poeta y actuales propietarios de la primera planta del inmueble -dividido en dos viviendas- la ofertan en un portal inmobiliario por un millón de euros al no haber recibido por ahora propuesta de compra por parte del Ayuntamiento.

El palacete, de 800 metros cuadrados, está situado en la calle Viento, en pleno casco antiguo cartameño. Esta joya arquitectónica y artística no solo atesora el legado de este rapsoda andaluz internacionalmente conocido que vivió y murió en su tierra natal (1889-1956), sino también de grandes personalidades de la época con las que se codeó como Federico García Lorca, con quien entabló una gran amistad.

Exterior de la Casa de José González Marín en Cártama

Exterior de la Casa de José González Marín en Cártama / L.O.

La casa tiene un origen aún más remoto, pues antes de González Marín, fue propiedad de Diego Salcedo Durán, que llegó a ser Presidente del Liceo de Málaga, Concejal de la Ciudad y Diputado en Cortes. Aunque no se ha llegado a confirmar, el rey Alfonso XIII, puso haber visitado puntualmente el hogar de este culto cartameño e incluso guardar algunos enseres dentro.

“En su momento de mayor esplendor, la casa de Salcedo llegaba hasta la actual calle Juan Carlos I, y a lo largo de los años ha sufrido modificaciones y divisiones que han deteriorado su esencia. Hoy, lo que queda de esta magnífica construcción está en grave riesgo de desaparecer, como ya lo hicieron las otras partes, si no se actúa con contundencia”, ha declarado Adrián Menjíbar, vecino y miembro de Nuevas Generaciones de Cártama, quien denuncia que “este bien, de incalculable valor cultural carece de protección, lo que lo expone a ser adquirido por terceros, con el consiguiente riesgo de perder su integridad arquitectónica y artística”, ha afirmado.

Para evitar la pérdida de esta villa burguesa, símbolo cultural y patrimonial de la ciudad, han instado al Ayuntamiento a adquirir la propiedad para su uso municipal, bien como museo, centro cultural, educativo, etc. “Cártama está a punto de perder uno de sus últimos edificios emblemáticos. La venta de una parte de esta pone en riesgo no solo el edificio, sino también todo lo que representa para Cártama. Si cae en manos equivocadas, podríamos perder su interior, su esencia y su alma. No se trata de un gasto, se trata de proteger nuestra identidad”, ha insistido.

Detalles del interior de la Casa de José González Marín de Cártama

Detalles del interior de la Casa de José González Marín de Cártama / L.O.

La casa conserva elementos arquitectónicos únicos como sus techos de escayola y yeserías, columnas, cúpulas escaleras y acabados interiores “que hoy en día serían casi imposibles de replicar”. Además, el jardín de la casa “embellece el inmueble y añade una vista verde” que enriquece el casco histórico. “Yo he tenido el honor de conocerla por dentro y es una verdadera maravilla. No es una vivienda al uso, sino un palacete histórico en cuya construcción participó el mismísimo Eduardo Strachan, el arquitecto de la calle Larios de Málaga. Cada moldura, columna y detalle de esta casa habla de la grandeza de nuestra historia e identidad como cartameños. Los herederos de José González Marín han cuidado y mantenido este lugar durante años y les estamos eternamente agradecidos”, ha subrayado.

Un proyecto a medias

Por su parte, el Ayuntamiento está pendiente de la valoración y tasación del inmueble. “En función del importe y del estado de mantenimiento, se analizará si es interesante o no. A día de hoy no tenemos una posición fija ni resuelta sobre el tema”, ha explicado a este medio el primer teniente de alcalde, Miguel Espinosa.

El edil considera que uno de los mayores inconvenientes es que por ahora solo está en venta la planta de arriba, lo que dificulta la adquisición por parte del Ayuntamiento. “La vivienda cuenta con dos propietarios distintos, pues en su momento se separó en dos inmuebles. Sin comprar la parte de abajo, sería un proyecto que no tendría sentido por parte del Ayuntamiento. Un edificio público tiene que cumplir con las normativas de accesibilidad. Tendríamos que contemplar un proyecto integral, no algo parcial. No se puede montar un proyecto con el 50% del inmueble”, ha subrayado el concejal.

Detalles de interior

Detalles de interior / Celia Paredes

De hecho, en la planta baja, la que por el momento no está en venta, se encuentra el despacho de José González Marín donde hay guardados regalos que le hicieron a lo largo de su vida. Desde postales con Lorca, hasta una bandera de España dedicada y firmada por Alfonso de Borbón; un busto de la Piedad, original de Palma; cuadros con dedicatorias de Franco; algunos enseres del trono original de la virgen de los Remedios, etc.

Asimismo, al Consistorio le preocupa la gran inversión que supondría, teniendo en cuenta el estado de mantenimiento y de la estructura, lo que será determinado por los técnicos municipales. “El coste de esa primera planta y de poder realizar allí un proyecto municipal quizás se puede ir de las manos, sobre todo por la rehabilitación tan importante que habría que hacer. Hace poco los propietarios tuvieron que actuar de urgencia porque la vivienda se mojaba por dentro”, ha señalado.

Aun así, el equipo de Gobierno no quita mérito a este edificio histórico. El próximo viernes 31 de enero se votará en pleno si se da o no el primer paso para comenzar la negociación con los propietarios y avanzar en los trámites necesarios para su compra. 

Los populares también han solicitado en su propuesta el diseño de un plan integral de conservación y rehabilitación, la tramitación para la adquisición de la totalidad del inmueble para su uso cultural, así como el compromiso de la corporación municipal de garantizar el proyecto en un futuro, independientemente del grupo político que gobierne en el Ayuntamiento.

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