Buenas tardes, ¿es el titular de la línea? A partir de ahí, después de apretar los dientes para respirar profundo y que el fuego de tu estómago no salga por la boca porque te han destrozado la siesta, te llueve una perorata con lo nunca visto. Internet y llamadas gratis, y series y fútbol, y películas clásicas y de estreno, y otra línea por si quieres añadir un nuevo terminal móvil, y todo por... Tú ya has colgado, pero la cantinela puede seguir hasta el día siguiente. Si no respondes también estás perdido. Van a por ti. Volverán a llamar a horas que ni imaginas.

No tienes escapatoria. Y se adaptan a todo, y a todos, incluso a no querer nada. Para los que no queremos nada tienen el paquete básico. Ole. Lo del paquete básico da mucho juego. Verán. ¿Sabía usted que hay un mercado muy pujante en los polígonos discotequeros que trafica con la fauna televisiva?

La carne más preciada es la de actores como Rubén Cortada, Jesús Castro o el príncipe Álex González, cuya tajada puede salirle al dueño del local por 15.000 euros para que el chico llegue al garito, firme autógrafos, y se haga fotos con la peña. Esos reclamos le reportan al negocio buenas ganancias. Los actores de series en emisión son los más deseados, los más prestigiosos y selectos. Pero la casquería también tiene su público. Y se paga por ella. El mundo choni, hormonado, y el reino de la silicona y el bisturí tiene sus estrellas surgidas de programas basura cuyas tarifas van de los 200 a los 1.800 euros. La competición entre estos cascajos sociales es feroz. Por eso Yola Berrocal, un tal Madrazo, y otro menda se han asociado y se ofrecen a los concejales de cultura y al mejor postor por 2.000 euros el lote. Es el paquete básico de detritos.