Era uno de los más deseados y revolucionó la Mostra como se esperaba. Vestido con una llamativa chaqueta verde, derrochando amabilidad y sentido del humor, Johnny Depp fue el rey de Venecia, con cientos de periodistas y de fans ávidos de atisbar a su ídolo.

"Para mí, la gente que está esperando fuera, con esa dedicación y amabilidad tiene un gran mérito", dijo el actor en rueda de prensa en referencia a las personas que esperaban junto a la alfombra roja para poder verle esta noche hacia las 19:00 hora local (17.00 GMT). Y algunas estaban ahí desde las 06:00 horas (04.00 GMT).

"A esos fans los considero mis jefes y nosotros somos sus empleados. Ellos van al cine, gastan su dinero para ver una película, siempre tengo un sentimiento muy cálido por ellos, me emocionan. Les doy las gracias a mis jefes de ahí afuera", dijo el actor.

Bromeando todo el tiempo, Depp tenía en la sala de prensa un botellín de cerveza -"es sin alcohol", aseguró- junto a las botellas de agua de sus compañeros de reparto -Joel Edgerton y Dakota Johnson- en el filme "Black Mass", dirigido por Scoot Cooper y presentado hoy fuera de competición en la Mostra.

También dijo muy serio haberse comido la semana pasada a sus perros, ante la pregunta de si los había llevado a pasear en góndola, y anunció que la semana pasada se había cambiado el nombre cuando la moderadora se confundió y llamó Dakota Fanning a Dakota Johnson.

Depp se sabía el protagonista de la jornada en una sala de prensa abarrotada de periodistas desde una hora antes de que llegara el equipo de la película. Ocupaban no solo los 250 asientos, sino las escaleras, los pasillos y cualquier hueco que permitían usar los guardas de seguridad.

Hubo más aplausos cuando entró en la sala que al finalizar la primera proyección de una película que narra la relación del criminal James Whitey Bulger (Depp) con el FBI durante las décadas de los setenta y ochenta.

Una película de la que Depp se sintió muy orgulloso porque le ha permitido transformarse una vez más.

"Mis héroes desde el punto de vista cinematográfico son gente como John Barrymore, Marlon Brando o John Garfield. Todos ellos se transformaban con cada personaje y eso es lo que yo quiero, caracterizarme y transformarme cada vez".

Todo, para satisfacer a los espectadores, según aclaró el actor desde detrás de su largo flequillo y con voz pastosa.

"Un actor tiene un grado de responsabilidad con su audiencia para darle algo diferente, que no esperan, intentar sorprenderles y no aburrirles haciendo siempre lo mismo y terminar emocionalmente interpretándote a ti mismo".

"Esas transformaciones son un verdadero desafío" que siempre acepta, agregó el actor, mientras seguía bromeando con sus compañeros, un sonriente Edgerton y una silenciosa Johnson, con un vestido negro que contrastaba con su palidez y con el sol deslumbrante que iluminaba el Lido de Venecia.

Los dos y el director del film, tenían claro quien era el protagonista y Depp no se hizo de rogar y dominó completamente la rueda de prensa.

Hasta habló de sus inicios como actor en los años ochenta, en una serie de televisión.

"Hice un par de trabajos como actor pero no había decidido ser actor, creo que en el fondo nunca tomé esa decisión. Yo era músico", recordó.

Pero hubo una serie de televisión que le puso "en el mapa", dio en referencia a "Nuevos policías", y ahí empezó todo.