Su sentido del humor y su visión de los personajes, superficial y un tanto esquemática, remite a las películas de acción norteamericanas, como salta a la vista, fruto en gran parte del hecho de que estamos ante un reconocimiento a series 'made in USA' del tipo de 'La jungla de cristal', con Bruce Willis a la cabeza, que han marcado las pautas de este cine.

Su director, el también actor y además protagonista Dany Boon, ha querido homenajear a la vertiente francesa de ese thriller de acción con brotes de comedia, que tantas veces representó Jean Paul Belmondo, el verdadero icono de la especialidad. No es una cinta relevante ni muy divertida, aunque tampoco es un subproducto a rechazar de plano. Tiene una primera mitad entretenida con algunas cosas aceptables, pero es evidente que se viene un tanto abajo en la segunda mitad como consecuencia de alargar en exceso el relato y, sobre todo, de perder el pulso del humor.

Danny Boon, que ocupa el primer puesto en el ranking de actores más taquilleros de Bélgica, sabe suscitar le risa de sus compatriotas, aunque sus soluciones están demasiado vistas y son harto previsibles. Lo más aprovechable de la película es la lucha de sexos y en concreto el intento de una mujer, Johanna, por ser la primera en ingresar en el RAID, el cuerpo de élite de la policía francesa. Es un caso singular, ya que todo lo que se advierte en ella de atractiva y de eficaz en las artes marciales se va al traste cuando se observa su torpeza y sus cualidades para sembrar el caos. Por eso la han destinado a poner multas. Pero el caso es que viene muy recomendada, ya que es hija de un ministro, y aunque el responsable de la RAID jura que no tiene enchufe alguno, todo indica que el trato de favor es innegable.

Lo cierto es que Johanna realiza las pruebas para el ingreso, soliviantando de modo especial a un compañero, Eugene, cuya misoginia se ha disparado desde que la candidata empieza a demostrar que no es tan inútil como parecía. Una circunstancia que se acompaña del inevitable factor romántico. Las cosas van tomando cuerpo y abocan a un final explosivo en el que se despliega, por un lado, el comando antiterrorista para desarticular a la peligrosa banda de 'Los Leopardos' y, por otro, el expediente amoroso. Nada nuevo bajo el cielo, pero podría ser peor.