'Picniquear' es todo un arte. Ya sea con amigos, en familia o por qué no solos, con la compañía de un buen libro, las meriendas campestres siempre son un buen pretexto para compartir alimentos y tiempo al aire libre.

Aunque no se sabe a ciencia cierta su origen, parece ser que el término apareció hacia 1694 en el idioma francés como "piquenique": pique de picotear y nique de pequeñez. De ahí el concepto de piquenique como comida informal en la que todos contribuyen con algo. Se trata en cualquier caso de una práctica casi tan antigua como el género humano.

Se dice que cuando los jardines reales franceses se abrieron al público, se creó la costumbre de dar un paseo y después disfrutar de un picoteo en el césped compartiendo algunos alimentos fáciles de transportar como pan, queso, embutido, fruta o vino.

Y ahora justamente, en época de guardar la distancia física por la pandemia de coronavirus, las meriendas campestres son una opción ideal. Permiten mantener sin problemas el metro y medio o dos metros que se recomienda respecto a otros grupos, facilitan la interacción entre los que participan y al propiciar el contacto con la naturaleza, mejoran el estado de ánimo. Son, por tanto, una buena alternativa al tapeo habitual en bares y terrazas que puedan estar más concurridos.

Basta con seguir algunos consejos para organizar un picnic 100% saludable ahora que estamos en verano y mucha gente se encuentra disfrutando de sus vacaciones. En primer lugar, esta práctica permite planificar la comida y, por tanto, elegir alimentos de calidad. De esta forma, evitamos guiarnos por determinados atractivos en las cartas de los restaurantes o por el ansia irrefrenable de comer.

Por ello, se aconseja optar por productos frescos, especialmente por ensaladas y frutas y descartar alimentos precocinados como pizzas, refrescos o bollería industrial por su alto aporte calórico, así como leche, yogur, mayonesa o salsas.

A la hora de escoger alimentos más saludables y nutritivos, una buena opción es decantarse por los productos de temporada. Las frutas de verano son especialmente frescas y jugosas. Desde la sandía, hasta el melón, melocotones y nectarinas. En el apartado de verduras, puedes optar por el tomate, el pepino, el pimiento o el ajo, ingredientes para hacer un buen gazpacho.

También hay que tener en cuenta que hay algunos alimentos que aguantan mejor la temperatura ambiente que otros. Entre ellos, las conservas de pescado o marisco, la tortilla, quiches, legumbres o empanadas.

En lo que respecta a las bebidas, lo ideal es tomar agua o agua saborizada con frutos rojos u hoja de menta. El alcohol nunca es una buena opción para calmar la sed en verano, ya que incrementa el riesgo de padecer un golpe de calor por su efecto vasodilatador. Tampoco se recomiendan los refrescos por su alta cantidad de azúcar y edulcorantes artificiales.

El picnic es mucho más que un plan para comer con amigos. Al desarrollarse en un espacio al aire libre, ofrece un escenario ideal para desconectar, disfrutar de la naturaleza y, por qué no, relajarse y olvidar el estrés.

Además, si también hay niños, siempre pueden ayudar a preparar los alimentos y después jugar y correr sin ataduras.

Otra de las ventajas de todo picnic es que abarca más actividades que la propia comida: desde paseos, hasta juegos de mesa o tomar el sol. Por ello, siempre conviene incluir en la cesta una baraja de cartas o algún otro juego pequeño y, sobre todo, crema protectora.