Esta exposición es una muestra de los últimos diez años del artista Nacho Hercuejo.

Autodidacta e irrespetuoso con las leyes establecidas en el mundo del arte. Puede, por ejemplo, mezclar pintura acrílica con sanguinas y carboncillo, pero para él, el resultado es lo que importa.

En cuanto a la fotografía, intenta demostrar que en la tecnología no reside el arte y presenta fotografías de maniquíes hechas con un teléfono Nokia de hace quince años y retocadas con las aplicaciones del propio teléfono y otras en las que la fotografía se ha degradado de tal manera que ha quedado en 0,2 megapixel.

En cuanto a la escultura se ha empeñado en conjugar la Luz y el Hierro, de ahí el nombre de la exposición Luzyferro.

Crea esculturas a partir de materiales que recicla dándoles una nueva vida, estas pueden ser de coches, motocicletas, bicis, o cualquier otro elemento que cae en sus manos. La mayor dificultad de estos montajes reside en la ausencia total de soldadura, lo que hace que tenga que encasquillar todo perfectamente para unirlo con tornillos, remaches, etc., pero esto no es lo que importa, lo importante es el resultado.