Diálogos en la red

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Quedarse sin pareja es una de las situaciones que más hace aflorar nuestro pánico a la soledad. Sin duda, se sufre todavía más cuando uno, estando acompañado, empieza a sentir la soledad en compañía. Puede ser porque estamos con alguien con quien no compartimos lo que consideramos importante, porque la otra persona hace su vida sin regalar tiempo a la pareja, o porque estamos en una relación que ya sentimos que está muerta. Cuando la ruptura se acaba produciendo, uno se siente arrojado al vacío y lo vive como un abandono, que puede ser psicológicamente desgarrador.