Joaquín Turina es considerado como uno de los cuatro grandes compositores españoles de principios del siglo XX junto a Granados, Albéniz y Falla. Una manifiesta influencia francesa no impide que se perciba un constante sentir hispano en su música, como ocurre en las Danzas fantásticas, inspiradas en tres pasajes de la novela La orgía, del escritor ecijano José Más, aunque sin descriptiva conexión alguna con su contenido literario.

Fue el maestro Fernández Arbós, con José Cubiles al piano, quien dirigió el estreno de Noches en los jardines de España de Manuel de Falla en el Teatro Real de Madrid el 9 de abril de 1916, año siguiente a su transformación en impresiones sinfónicas, como reza en el título, al aceptar Falla el consejo de su amigo, el gran pianista Ricardo Viñes, dedicatario de la obra. El solista parece estar improvisando a lo largo de toda su interpretación en un estilo impresionista.

Terminada en 1878, la Cuarta sinfonía de Tchaikovsky está dedicada a su "mejor amiga", admiradora, protectora y acaudalada señora Nadezhda von Meck, siendo estrenada en Moscú el 22 de febrero de dicho año con escaso éxito por la orquesta de Sociedad Musical de Rusia bajo la dirección de Nicolás Rubinstein. Su motivo de inspiración es el destino entendido como ese hado que envuelve como una amenazante "espada de Damocles" el devenir de la vida humana, que aparece ya en la melodía que se impone tras la introducción del primer movimiento.