Durante más de medio siglo, el artista estadounidense James Turrell (Los Ángeles, 1943) ha trabajado directamente con la luz y el espacio para crear obras de arte que atraen a los espectadores interrogándole sobre el modo en que funciona la visión. Formado en psicología de la percepción, matemáticas, historia del arte y bellas artes, Turrell es un experto piloto con una gran fascinación desde su infancia cuáquera por la luz, con la que comenzó a experimentar como medio y objeto artístico a mediados de la década de los años sesenta en el sur de California. El propio artista afirma que usa la luz "como material con el que influenciar o afectar el medio de percepción" y que "en lugar de hacer algo sobre la luz, quería algo que fuera luz", siendo muy destacable su capacidad para crear ambientes en los que el espacio, el movimiento y la iluminación, ya sea natural o artificial, son la materia creadora y generadora de la experiencia artística.

En 1976 James Turrell comenzó a trabajar en un grupo de obras que tituló Space Division Constructions. Las salas están divididas en dos partes diferenciadas: el "viewing space" o lugar de quien mira accediendo a la instalación y el "sensing space" donde se produce la luz. Ambas zonas interactúan provocando en el espectador una sensación inquietante e hipnótica. Cherry forma parte de la serie "Apertures", en las que una ventana recortada a modo de marco en el muro divisorio marca dos espacios. El espectador necesita permanecer varios minutos en la sala oscura, antes de empezar a percibir la luz monocroma.