Málaga se ha convertido en un destino internacional en el que el ocio, la cultura y el turismo están transformando el sentido de la ciudad. Es pues un momento propicio para preguntarse cómo será su futuro inmediato.

Nuestra ciudad y el área metropolitana que la circunda experimentan un proceso de transición en un contexto de incertidumbre global. Por su condición de segunda ciudad más poblada de Andalucía y la sexta más poblada de España —unido a su historia, cultura, clima, infraestructuras y oportunidad económica—, Málaga se ha convertido en un polo de atracción creciente. Aunque se pueden suponer y prever los efectos de esta nueva situación, la experiencia de otras ciudades en las que el negocio de los servicios es predominante demuestra que pueden existir factores inesperados que en ocasiones son capaces de trastocar nuestras proyecciones.

En este sentido, la estrategia de anticipación es un método que ayuda a ganar efectividad cuando se elaboran agendas de futuro, ya que combina un triple planteamiento: el probable, el deseable y el inesperado. Dirigido por un equipo del sector de Ciencias Humanas y Sociales de la UNESCO, este laboratorio reúne, a modo de encuentro participativo, a un grupo de expertos y profesionales de distintos sectores —universidad, política, urbanismo, tecnología, turismo, cultura, comunicación y educación, entre otros— para poner en práctica y aportar experiencias para “usar el futuro”, con el fin de entender mejor cómo y por qué nos anticipamos a los acontecimientos que aún no han tenido lugar. Para ello, se trabajan tres escenarios diferentes: futuro probable, futuro deseable y futuro reformulado, una metodología que la UNESCO desarrolla desde hace más de una década.