Yo, Mussolini mezcla el chiste y la provocación fácil con una reflexión profunda sobre la manipulación política, un ejercicio artístico que toca la esencia del Arte bufonesca. Es una obra provocadora y divertida, pensada para generar optimismo y dar al público que sale del Teatro ganas de resistir o mejor: ¡Risistir! con inteligencia a la intolerancia.
A la fin, el mejor antídoto contra al fascismo es la risa y el pensamiento positivo. Sin su capacidad de generar miedo, el totalitarismo se queda en nada.
Palabra de Bufón.