Este edificio ilustra la historia del aguardiente de Ojén, que empezó a producirse en el municipio en la segunda década del siglo XIX y obtuvo a mediados de ese siglo fama internacional, llegando a popularizar el nombre "ojén" como sinónimo de aguardiente en el extranjero. El Museo El Molino de Ojén es un peculiar edificio situado al final de la calle Charcas, en el que las primeras obras de habilitación y adecuación las realizó el Ayuntamiento, incluyendo la reparación parcial del propio molino que se encuentra en su interior, y se culminó con el Plan de Dinamización Turística de la Sierra de las Nieves, para su uso museístico y como punto de información turística. Su estructura exterior es similar a la de un cortijo que, tras pasar la reja de entrada, tiene un patio en el que antiguamente se almacenaban aceitunas e, incluso, material para la elaboración del famoso aguardiente de Ojén. En la entrada encontramos el punto de información turística que, a su vez, da acceso a la sala del molino. En esta sala hay un enorme molino que funciona mediante agua, pudiéndose observar tras el mismo y en los bajos del edificio, la turbina de agua que lo pone en funcionamiento. No obstante, está dotado de pantallas de plasma y de toda la megafonía necesaria para mostrar su funcionamiento además de la riqueza del municipio y la variedad de la propia Sierra de las Nieves. En él también podemos ver un antiguo alambique de aguardiente (del famoso aguardiente de Ojén) totalmente restaurado. Tanto en la sala posterior al molino como en la que está en la planta de arriba se podrán contemplar distintos paneles ilustrativos de la Sierra de las Nieves. Esporádicamente este pequeño museo se utiliza como sala de exposiciones, básicamente de fotografías.