Renovarse o morir de aburrimiento: la divulgación comiquera en un medio no profesionalizado

La divulgación comiquera se ha caracterizado por cierto sentimiento visceral de los lectores de tebeos que defendían con entusiasmo posicionamientos extremos. Eso fue hasta que en 2014 Bamf! apareció en YouTube para revitalizar el estado de ánimo de cómo se transmitían las lecturas y el amor por los cómics desde una perspectiva global, al abrazar el manga, el cómic europeo, el cómic independiente, fanzines y no solo el cómic mainstream americano en el que predomina el género de superhéroes. Su canal y su página, Cómic Freaks, se salía de lo fácil para proponer una evolución constante en el modo de divulgar el noveno arte. Más allá de los caminos que tomaba el mundo (léase el conjunto de divulgadores) para buscar/lograr un éxito inmediato, su apuesta fue más compleja, atractiva y arriesgada. Y, sin duda alguna, más humana, al exponer una manera de acercarse a los cómics para leerse uno mismo, contextualizando, inventando, incluyendo una personalidad propia, a fin de buscar una identificación entre el lector y la ficción que recuerda a aquello que escribió Paul Valéry: “Asumamos que el pensamiento en general es una especie de música. Mi idea sería construir sus escalas y su sistema de armonías”. Y esto tan difícil es lo que ha conseguido Bamf!. Una manera se llegar al público fuera de artificios, en un equilibro entre la información, el análisis, la búsqueda de formatos, etc., a través de una mirada única, que no imita, que no copia, que explora, como si fuera la lectura de una historia que nos sorprende.