Gracias a la colaboración entre la Fundación La Caixa y la moscovita Fundación Sputnik, y merced al trabajo en común de Sem Kostakovich, colaborador en España y Portugal de la Fundación Sputnik y el profesor Joan Fontcuberta, representante de la Fundación Sputnik en la Unión Europea, la exposición Sputnik. La odisea del Soyuz 2.

Narra la misteriosa desaparición del cosmonauta soviético Ivan Istochnikov en 1968, en plena fiebre entre estadounidenses y soviéticos por alcanzar la Luna, quizás en el momento más frenético de la Carrera Espacial. El 26 de octubre de ese año, en el Soyuz 2 en plena misión espacial, que consistía en el acoplamiento de la nave con el Soyuz 3, recibió el impacto de un meteorito, presente en la exposición. A consecuencia de aquel choque imprevisto, ambas naves se distanciaron y el coronel Ivan Istochnikov desapareció en el espacio. Según la versión oficial, era una nave no tripulada, en la que solo viajaba una perra, Kloka, que apareció en perfecto estado de salud. Aquella mentira es la que ha perdurado en el tiempo, sin que se tuvieran noticias del cuerpo de Istochnikov. La Unión Soviética no podía reconocer la pérdida del piloto, por lo que, en un ejercicio de opacidad habitual en aquellas circunstancias, ocultó lo ocurrido y borró la imagen del piloto de documentos, retocando fotografías y manipulando archivos. Su familia fue deportada a Siberia, los testigos fueron amenazados y se chantajeó a sus conocidos para que guardaran silencio. El tesón de la Fundación Sputnik por arrojar luz sobre el pasado soviético, y haciendo valer el arrojo y la entrega a la ciencia de los cosmonautas, es la que nos devuelve, como lección de la Historia, la figura del coronel Istochnikov.