El último trago muestra las horas en las que Chavela Vargas tuvo que tomar la decisión que cambió su vida: dejar el alcohol.
¿Cuál fue el detonante? ¿Qué hizo durante esas primeras horas? ¿Había alguien más en escena? Chavela llega derrotada, sumergida en el orgullo y la rabia.
Hace lo posible por no estar sola.
Poco a poco, y a través del canto, va descubriendo lo que necesita, a quién ama, de quién depende, en un proceso psicológico y mágico que la hace vulnerable y despierta la ternura que dejan paso al amor.