Variedad de géneros, procedencias, épocas y villanos en la sección competitiva de Sitges este viernes. El thriller de espionaje chino 'Impasse (Cliff walkers)', de Zhang Yimou, se desarrolla en los años treinta en el Estado títere de Manchukuo, donde cuatro agentes especiales del Partido Comunista ven cómo su misión de identificación y rescate se ve mermada por una traición. Este filme de reconciliación de Yimou con las autoridades chinas, después de la polémica 'Un segundo', coge vuelo únicamente en las secuencias en las que el director vuelve a demostrar su buen músculo para la acción, como en los clásicos wuxia 'La casa de las dagas voladoras' y 'Hero'.

Tampoco enteramente satisfactoria, aunque fascinante en su recta inicial, es 'The feast', debut (en el largo) del director galés Lee Haven Jones. En este terror ecologista a fuego lento, una misteriosa joven, Cadi (excelente Annes Elwy), viene a ayudar a una familia privilegiada con una lujosa cena hecha en parte de conejos de la zona rural que habitan y explotan a conciencia. Si la serie 'Servant' fuera una película, se parecería bastante a 'The feast', aunque en la segunda acabe ganando el sensacionalismo y no tanto la sutileza turbadora. 

De la misma productora de 'Sputnik', Hype Film, llega ahora 'The execution', 'thriller' de Lado Kvataniya con inspiración en el caso del 'Carnicero de Rostov', el peor asesino en serie en la historia de la Unión Soviética. Sus claros referentes son elevados: 'Memories of murder', 'Zodiac', la serie 'Mindhunter'… Títulos más épicos que expeditivos, en los que se presta menos atención a la mística del criminal que a la cultura o la política que los ve nacer. Sin llegar a ser un clásico a esas alturas, es un sólido y a veces enervante 'true crime', nuevo pequeño hito de la resucitada cinematografía de género rusa.