Hace cinco años, vio la luz un movimiento que llevaba mucho tiempo bajo la sombra, el trascendental MeToo. Concretamente, el 'boom' fue el 5 de octubre de 2017, cuando el New York Times publicó una investigación sobre las denuncias de acoso sexual contra un productor de Hollywood, Harvey Weinstein, quien era considerado intocable pese a los rumores que corrían sobre su mala conducta.

En la investigación, dos periodistas del diario revelaron lo que muchas se suponían -o habían vivido alguna vez-: en el mundo del cine había productores que prometían ayudar a que las carreras de ciertas actrices prosperaran a cambio de favores sexuales. Y uno de ellos era Harvey Weinstein. El productor intentó tocar a varias actrices en habitaciones de hoteles, e incluso forzarlas a mirarlo desnudo. Y todo bajo el abuso de poder que podía ejercer en el mundillo.

Tras meses de investigación, el medio pudo destapar la gran mancha negra de Hollywood. Fue tal el escándalo que Weinstein fue despedido su propia empresa, cofundada con su hermano Bob Weinstein, que llevaba su nombre, 'The Weinstein Company'.

Este, sin más opción, intentó disculparse por sus actos, intentando argumentarse con que creció en las décadas de los 60 y 70, cuando las "reglas sobre el comportamiento y los lugares de trabajo eran diferentes". También sus abogados intentaron atenuar la gravedad de los hechos, pero Weinstein solo fue la primera pieza que el movimiento MeToo tuvo que poner para estallar.

El movimiento siguió el curso que tenía que seguir, y la caída del productor considerado intocable fue vertiginosa. Pero no fue el fin.

Cinco días más tarde, otro artículo publicado -esta vez en la revista The New Yorker- reafirmaba las acusaciones del cofundador del estudio Miramax. Esta vez eran tres actrices las que afirmaban haber sido violadas por Weinstein. Y, a medida que pasaron los días, las mujeres iban perdiendo el miedo a hablar sobre sus experiencias traumáticas con el productor. Más de 80 mujeres, entre ellas famosas actrices, lo acabaron acusando de acoso sexual o violación.

Nacimiento del 'boom' del MeToo

Pero el 'MeToo' tal y como lo conocemos fue difundido masivamente a raíz de un tuit. Un mensaje de la actriz Alyssa Milano en Twitter donde ponía: "Si te han acosado o agredido sexualmente, escribe 'me too' [yo también] en respuesta a este tuit". Y la avalancha de testigos no tardó en llegar.

A raíz del escándalo Weinstein, la etiqueta se extendió por todo el mundo: #quellavoltache (dónde esta vez) en Italia, #EnaZeda (yo también) en Túnez, #AnaKaman en Egipto.

La misma Alyssa Milano ayudó a propagar el movimiento, pero el #MeToo original ya había sido creado once años antes, en 2006, por la activista afroestadounidense Tarana Burke.

Burke había comenzado a usar esta expresión con una connotación empática hacia las víctimas de violencia sexual, especialmente en comunidades marginadas, para que establecieran una conexión entre ellas y lo expresaran en voz alta al mundo. "Al principio, entré en pánico", reconoció Burke cuando vio su eslogan retomado en las redes. "Tuve una sensación de pavor, porque algo que formaba parte de la labor de mi vida (...) iba a ser utilizado para un propósito que originalmente no había previsto", afirmó.

Pero rápidamente Milano devolvió a la activista lo que era suyo. "Lo que realmente hace la campaña MeToo, y lo que Tarana Burke nos ha permitido hacer a todos, es volver a centrarnos en las víctimas", declaró en una entrevista en el programa Good Morning America.

"Esto es solo el comienzo y llevo diciendo desde el principio que no es solo un momento, es un movimiento", insistió Burke, junto a Milano, en 2017 durante el Today Show.

Condena final

Weinstein fue condenado en 2020 a 23 años de prisión por agresión sexual y violación. Los periodistas que destaparon las atrocidades fueron Jodi Kantor, Megan Twohey y Ronan Farrow, quienes ganaron el prestigioso Premio Pulitzer.

Weinstein, que siempre defendió su inocencia, argumentó que el juicio en su contra no fue justo, entre otras cosas, porque se permitió testificar a varias mujeres que habían denunciado supuestos abusos a pesar de que en el proceso no se juzgaban esas acusaciones en concreto.

Y, en un escrito de 166 páginas, la defensa del productor hollywoodiense considera que esas mujeres no deberían haber sido escuchadas y dice que sus testimonios influyeron en el jurado, terminando en un juicio al carácter de Weinstein y no por los supuestos hechos de los que se le acusaba.

Otros abusadores en Hollywood

Weinstein fue el más señalado, pero no fue el único que el movimiento destapó. Con el MeToo, muchas actrices se sintieron con las fuerzas de poder denunciar a otros personajes del mundo del cine como James Franco -denunciado por acoso sexual a tres actrices en 2018-, el cómico Louis C.K -denunciado por conducta sexual indebida por cinco mujeres-, Charlie Rose -denunciado por ocho mujeres- y Roy Moore, entre otros.