Lo que en realidad me habría gustado ver es la cara de Charlize Theron a medida que iba leyendo el guion escrito por una diablesa llamada Diablo Cody, sobre todo, cuando llega al momento definitivo de la película y del que, por supuesto, no vamos a hablar ni a comentar.

Cuando vi el tráiler de "Young adult", me pareció que la película iba a ser una chorrada, sin embargo, al comprobar que estaba dirigida por Ivan Reitman, me dije - "¡Ojito"!, no en vano, de este director han salido dos de las mejores películas de los último años: "Up in the air" y "Juno"; y ninguna prometía excesivamente, en los tráiler. Además, la propia Diablo Cody fue la guionista de esa joya, "Juno", una de esas maravillosas películas pequeñitas que hay que ver, sí o también.

Leyendo cosas sobre Cody, entiende uno el porqué sus historias rezuman tanto realismo: viviendo en Chicago y llevando una vida de lo más normal, con 24 años se enamoró de un tipo por Internet, se casó con él y se fueron a vivir a Minnesota. Empezó a trabajar como mecanógrafa, pero la pulsión por el lado más salvaje de la vida la hizo meterse en el mundo del strip tease y de los servicios sexuales telefónicos. Contaba todas sus experiencias en un Blog, que llamó la atención de un productor de Hollywood que la animó a escribir un libro con las mismas y, después, un guion, "Juno", que le reportaría un Oscar.

Así la cosas, no es de extrañar que esos pueblos gélidos de la América profunda, esos Diner, bares, establecimientos de comida rápida y supermercados estén tan bien retratados por Cody. Como la vida, anodina, de sus habitantes.

Esos son los puntos fuertes de "Young adult", posiblemente, la peor película de sus responsables. Lo que no quiere decir que sea mala, pero sí que no es tan buena como las anteriores.

Y es una pena. Porque el punto de partida (más allá del tráiler) prometía: una preciosa escritora que frisa los 40 años siente los embates de la crisis propia de la edad y decide volver al pueblo del que salió, años ha, con el único fin de recuperar a su novio del instituto. Solo que lo hace después de que éste le haya mandado por e-mail la foto de su bebé, recién nacido.

Lo mejor de la película es que rompe con los tópicos que cabrían esperarse de un planteamiento como ése: Mercury, el pueblito, sigue siendo el coñazo de siempre y sus habitantes llevan la misma aburrida y anodina vida de la que huyó la protagonista. Y a la que no piensa volver. Ni de broma. Su objetivo: ligarse al exnovio, hacer que rompa con su mujer y se vaya con ella a la gran ciudad.

A partir de ahí: el caos. En el peor sentido de la expresión. Porque toda la película está en el límite entre el humor y la repugnancia por un personaje que ni tiene ni hace nada, pero absolutamente nada, por ganarse el favor del espectador.

De ahí que el trabajo de la Theron sea memorable: hacer de una bruja que, a cada minuto que pasa, es más repelente y repulsiva. Hasta llegar al momento que antes comentamos que no íbamos a comentar y que... Eso sí, solo por los diálogos chispeantes entre la protagonista y el secundario de la historia hacen que la película, que tiene en su corta duración otro fantástico punto a favor, merezca la pena.

No es memorable, pero "Young adult" se deja ver y, en algún momento, lleva al espectador a plantearse en qué momento de su vida se desvió de su camino. Si es que tenía algún camino marcado.